Carlos Bau, músico: «Este verano he actuado en todos los rincones de Galicia, menos en casa»
A CORUÑA
El artista coruñés lleva décadas apostando por los clásicos del pop español
19 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Carlos Bau es de esos a los que le toca trabajar justo cuando el resto de la humanidad está disfrutando. A la cabeza de su banda, 80 Razones, en solitario con su guitarra o en formato dúo, se ha recorrido la práctica totalidad de la geografía gallega este agosto, de fiesta en fiesta, de escenario en escenario. Esta pasada semana ha estado actuando en las fiestas de Sada, en Celanova (Ourense) y en las de Betanzos. Pero a lo largo de este verano ha recalado además en Mugardos, Negreira, Mera, Santa Cristina, Melide, Razo, Cerdido, Cee, Burela, Ourense, Oza dos Ríos, Muros, Xinzo de Limia... A lo que hay que sumarle los conciertos que ha dado en eventos privados de toda índole y los que le faltan todavía.
—¡Vaya verano de estrés que está llevando!
—La verdad es que está siendo una locura. Bendita locura, eso sí. Ya el mes de julio fue muy fuerte, pero es que agosto está siendo increíble. Hay momentos en los que no sé en qué día vivo, si es viernes, sábado o domingo. Incluso me llaman amigos para decirme que van a venir a verme actuar al día siguiente, y tengo que preguntarles en dónde. Una locura. Pero muy feliz, porque esto es lo que más amo en el mundo, así que lo estoy disfrutando mucho. Sobre todo cuando voy con el grupo, 80 Razones. La banda al completo, con su piano, sus guitarras, sus coros... Somos una como una familia.
—Pero le hemos visto en otros muchos formatos.
—Sí, de todas las maneras: solo con la guitarra, en formato dúo, trío, cuarteto... Todo tiene su encanto y no reniego de nada, que cada cosa tiene su toque especial. Pero es cierto que poder tocar con la banda al completo es un lujo, es incomparable.
—Y sigue fiel a un repertorio de clásicos del pop español de los ochenta y los noventa. Ahora hay muchos grupos que basan sus actuaciones en esta música, pero usted fue un pionero.
— Mira, llevo con este tipo de homenajes al pop español 26 años, cuando empecé a hacer mi tributo a Los Secretos con Juan de Dios Martín. Por aquel entonces no había nadie que hiciese algo así. Y con 80 razones llevo desde el 2010. Ahora parece que se ha puesto de moda recrear aquellas canciones a las que antes nadie les hacía caso. Nos adelantamos a la moda, supongo.
—¿Y qué tienen esas canciones, que siguen funcionando?
—Son canciones que no han caducado, sobreviven al tiempo. Ver a niños de diez años con sus padres cantando temas de Hombres G, Los Secretos o La Guardia es algo increíble.
—Con tanto cambio de lugar, ¿se ha equivocado alguna vez y ha saludado, por ejemplo, a Sada cuando estaba en Betanzos?
—Equivocarme de lugar no me ha pasado. Al menos todavía, y no me gustaría ser el que origine problemas de rivalidad territorial entre pueblos. Pero equivocarme de momento... ¡muchísimas veces! Eso de estar al mediodía, en una sesión vermú, y arrancar el recital con un enérgico «¡Buenas noches, amigos!» gritado a todo pulmón, no es la primera ni seguramente la última vez que se me escapa [ríe]. Ahí suele salvarme mi compañero Hugo Torreiro, cuando vamos como dúo, explicándole al público que nos acabamos de levantar y haciendo alguna broma. Da cierto apuro, pero hay que tomárselo con sentido del humor.
—Por A Coruña no han pasado, ¿no?
—Pues la verdad es que no, hemos tocado en todos los rincones de Galicia menos en casa, es cierto. En A Coruña no hemos hecho nada, y ya me gustaría, claro.
—A ver si va a ser cierto eso de que nadie es profeta en su tierra...
—No creo que vaya por ahí, que precisamente de A Coruña viene muchísima gente a vernos a otros lugares. Entiendo que hay un montón de músicos en la ciudad y que debe ser complicado darle oportunidad a todos. Pero bueno, sin ánimo de polemizar, sí que hay otros lugares, más lejos de casa, en los que sí que se acuerdan de nosotros. Si alguien encuentra un huequito para nosotros en las fiestas de nuestra ciudad, que sepa que nos haría mucha ilusión, claro.
«Siempre he diferenciado mi faceta de autor de la del intérprete de versiones»
Los conciertos de Carlos Bau no son meros recitales. La música es, por supuesto, lo más importante. Pero la habilidad que tiene para conectar con el público es lo que realmente marca la diferencia: «Yo lo doy todo, como si cada concierto fuera el último de mi vida», asegura.
—¿Qué hace para mantener la voz con tanta actuación?
—Los años no perdonan, así que desde hace algún tiempo me estoy cuidando mucho. Hago mis ejercicios de voz y mi calentamiento y me obligo a descansar. Esa es la clave: no me voy de parranda tras el concierto. Que me apetece muchísimo y no hay nada más divertido que quedarte con los amigos y la banda, hablar con el público y terminar en un garito hablando hasta las tantas. Pero pasa factura, no es compatible. Hay que ponerlo todo en una balanza y decidir si quieres cantar al día siguiente o simplemente pasarlo bien esa noche.
—Parece que son buenos tiempos para la música en directo.
—Es cierto, se nota sobre todo en los locales, y no me refiero a las salas de conciertos. Muchísimos bares que antes se limitaban a poner cafés ahora quieren ofrecer algo más, y contratan a un solista o un dúo para hacer una sesión vermú o una sesión por la tarde. Quizá influyó algo la pandemia, que nos hizo cambiar nuestra manera de ver el ocio.
—¿No le tienta meter entre las versiones temas propios? Ha escrito para otros artistas e incluso recibió un Premio de la Música.
—Siempre he querido distinguir las dos facetas. No he dejado de componer mis canciones y de sacar mis cosas, pero nunca quise mezclar al Carlos Bau autor del que hace versiones, algo que me encanta y que vivo de ello. Pero son cosas que quiero que vayan por caminos diferentes.