Durante muchos años, gobiernos de todos los colores tragaron con los pulsos alevosos y ventajistas de algunos empleados del servicio de recogida de basura y su sindicato
07 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La imagen de la semana en Coruña es una pira de seis camiones de recogida de basura que se consumen en la planta de Prezero. Pero lo hemos visto antes. No es la primera vez que se queman vehículos en la ciudad.
Durante muchos años, gobiernos de todos los colores tragaron con los pulsos alevosos y ventajistas de algunos empleados de este servicio público y su sindicato. Casualmente y coincidiendo con sus huelgas, casi siempre en Navidad, Semana Santa o los meses de verano, contenedores y camiones devenían en elementos pirotécnicos que no eran más que demostraciones de fuerza sin autor confeso. ¿Quiénes serían?
Demostraciones ante las que los ejecutivos locales cedieron por temor a que les echasen encima la ira de los ciudadanos, desesperados por la acumulación de residuos frente a sus portales.
Pero el enfoque ha variado. La alcaldesa, Inés Rey, ha cambiado la estrategia para plantar cara a delincuentes —quienes sean los que se ocultan tras el cobarde pasamontañas— que no respetan la ley, que insultan cualquier atisbo de inteligencia jugando a parecer inocentes y que, una vez más, han tomado la ciudad y a sus ciudadanos como rehenes para tratar de conseguir sus objetivos.
El cambio de táctica es clave. No solo por lo que significa que el gobierno haga frente por fin a los saboteadores, sino también porque se traza un rumbo firme para los alcaldes que, en el futuro, puedan verse en un escenario tan adverso como el de este verano, con el chantaje como actor invitado. Ni una más.
Mientras preparaba la denuncia ante la Fiscalía, Inés Rey era contundente: «El incendio de los camiones es intencionado; son los mismos que quemaron contenedores durante la huelga». Sin concesiones. Ese es el camino.