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Jacinto Ruiz recupera la historia del médico Pablo Fernández Cartagena en su nueva  novela, «Cicatrices en la selva»

C. P. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Miguez

El doctor gallego erradicó la viruela en la República Democrática del Congo

16 oct 2024 . Actualizado a las 14:34 h.

A veces sucede que uno acaba en sitios inesperados. Jacinto Ruiz, que durante décadas fue un destacado periodista de La Voz de Galicia y ahora vive entregado a la producción novelística, confiesa que no siempre tuvo la pulsión de contar historias con la palabra. «De joven no quería ser escritor, sino pintor», admite. Hasta la Ingeniería de Telecomunicaciones se le pasó por la mente.

Pero al final lo reclamaron la tinta de los libros y el ajetreo excitante de las redacciones. Y en esto empeña y empeñó su vida entera. El último fruto de esta pasión literaria ha sido una obra de ambientación histórica llamada Cicatrices en la selva, que ya fue presentada el pasado febrero en el Fórum Metropolitano.

En la tarde de este miércoles, no obstante, el autor habló de su libro en un entorno que viene más al caso. En el Colegio Oficial de Médicos de A Coruña y acompañado por Luciano Vidán, presidente del Colegio, y María Jesús Sobrido, miembro del comité de Deontología. Y es que Cicatrices en la selva reconstruye la vida de un ilustre médico gallego, Pablo Fernández Cartagena, que en la década de 1960 fue responsable de la erradicación de la viruela en la República Democrática del Congo, que acababa de arrancarle su independencia a la despiadada corona belga —«Leopoldo II deja pequeños a casi todos los tiranos europeos», recuerda Ruiz—.

El relato de las aventuras reales —aunque con licencias— de Fernández Cartagena es sobrecogedor porque habla de la renuncia como instrumento moral. De la entrega absoluta a los ideales. «Él fue alguien que decidió abandonar el confort de España y, bajo la bandera de la OMS, irse a un África, donde se encontró con gravísimas hambrunas y enfermedades», abunda. Se cruzan en aquel Congo convulso, con la Guerra Fría como telón de fondo, rostros prominentes e inmortales como los de Patrice Lumumba o, incluso, Ernesto Che Guevara.

El trabajo de documentación fue exhaustivo y nada fácil. Según cuenta Ruiz, apenas hay documentos de aquel período histórico en España. Casi toda la información y los archivos se los mandaron desde Bélgica. Además, para la parte humana, habló mucho, mucho con el propio Fernández Cartagena y con su familia, que rememoraron exhaustivamente este episodio de sus vidas. A esto se le sumó el ingenio propio del autor, pues Cicatrices en la selva es, al fin y al cabo, una pieza de ficción con trasfondo verídico.

Ruiz se muestra ahora, en la madurez de su trayectoria, abiertamente abrazado a la manufactura de sus mundos imaginados. Ve historias por todas partes. «Todos somos novelas más o menos interesantes. Solo falta alguien con tiempo y ganas de contar la historia», concluye.