El Chuac alerta del incremento de casos y forma a médicos de primaria para tratar de prevenir la osteoporosis
13 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El 2012 empezó en el Chuac, cuando el Hospital de A Coruña estudiaba poner en marcha una unidad de cadera, atendiendo al día una fractura de esta articulación, la de mayor tamaño y probablemente la más importante del cuerpo. Doce años después, «estamos ingresando dos al día», alerta Jenaro Graña, reumatólogo del centro. La mayoría se deben a una patología silenciosa, la osteoporosis, que descalcifica el andamiaje del organismo. Y también en su inmensa mayoría están relacionadas con la fragilidad del envejecimiento. «Si tienes 80 años, te pones a cambiar una cortina y te caes, ¿es por el golpe? La fragilidad influye claramente; las que no son por este motivo se deben a accidentes importantes de tráfico y son muy, muy poquitas», explica.
Las perspectivas no son halagüeñas. Es uno de los peajes del incremento de la esperanza de vida. Los estudios apuntan a que «en el 2030 habrán aumentado otro 30 % —agrega — y ya tenemos casi un 20 % de la población por encima de los 70».
Cumplir años es un factor de riesgo que, además, iguala por género la incidencia. Entre los 50 y los 70, mayoritariamente son mujeres las que sufren estas fracturas, pero a partir de ahí las cifras casi se equiparan. «Estamos hablando de más de 700 fracturas de cadera al año en el Chuac, eso tiene un coste en calidad de vida indudable, pero también en millones de euros», incide. Al margen están, también, los problemas organizativos y las demoras quirúrgicas por la alta ocupación de camas en estancias hospitalarias a menudo largas,
Para el reumatólogo, lo más grave es que «la mayoría de los pacientes que se rompen la cadera no han recibido ningún tratamiento preventivo». Aún cuando, en muchos casos, ya habían sufrido una fractura previa, generalmente vertebral o del radio, también debida a la osteoporosis. «La prevención secundaria es inexcusable», insiste antes de aportar otro dato: en España se registran, según datos de un estudio del 2017, alrededor de 330.000 fracturas al año y algo más del 20 % de ellas son de la articulación de la que depende no solo la estabilidad, sino la movilidad, poder mantenerse en pie y caminar. «Tenemos que actuar sobre ese 20 %», recalca Graña.
Para ello, se desarrollan iniciativas como el quinto curso impartido esta semana a más de 80 médicos de atención primaria para refrescar los protocolos y criterios que pueden hacer saltar las alarmas ante la posibilidad de que un paciente en la consulta presente condiciones que lo hagan más sensible a sufrir una de estas fracturas. «Pensamos que la base para un seguimiento adecuado de una patología tan prevalente está en la medicina de familia; su participación activa, además de la de las distintas especialidades hospitalarias, determinará los resultados de salud».
TRES DATOS
700 casos al año. Solo en el Chuac se operan una media de dos fracturas de cadera diarias.
10 % a partir de los 50 años. Los expertos estiman que hasta el 10 % de las mujeres que tienen ahora 50 años se romperán la cadera en las próximas décadas. A partir de los 70 años, también le ocurrirá al 9 % de los varones.
Solo 1 de cada 6 con tratamiento preventivo. El estudio PROA del 2019 señala que aproximadamente uno de cada tres pacientes que se rompe la cadera había sufrido ya antes una fractura previa, generalmente vertebral o de radio. Sin embargo, solo uno de cada seis estaba recibiendo tratamiento para la osteoporosis.
Densitometrías desde atención primaria
En el área sanitaria coruñesa se facilita a los médicos de cabecera el acceso directo a la petición de una densitometría ósea en caso de sospechar que un enfermo tiene osteoporosis.
«En otras áreas no es posible, pero aquí sí, queremos que la utilicen y refrescar el protocolo de manejo para ayudarles en la toma de decisiones», recalca Graña, coordinador de la última acción formativa enfocada a los facultativos de primaria.
«Nos gustaría grabar a fuego que cuando un paciente, sobre todo de cierta edad, llega al centro de salud y se ha roto una vértebra o el radio, hay que hacerle una densitometría. Hay que tener esa señal de alarma porque puede que la siguiente vez sea una fractura de cadera», ejemplifica.
Además, también animan a los médicos de familia a que utilicen la consulta electrónica, ya que «en esta patología no siempre es necesario ver al enfermo en el hospital: con una densitometría, una analítica y los datos clínicos pueden consultar al reumatólogo para poder orientar el tratamiento».