A Coruña se suma al fenómeno Halloween: «El día 31 es mágico, no parece que exista crisis de natalidad»

Truco o trato es quizá la expresión más famosa de todas con las que nos ha familiarizado el cine. Aunque en Galicia la víspera de Todos los Santos siempre fue una fecha señalada —la tradición celta del Samaín marcaba el fin de la cosecha y el comienzo del invierno—, la cultura estadounidense ha terminado por colonizar este día, como ya había conseguido con su Santa Claus en Navidad. Y, como en este caso, el fenómeno cultural ha penetrado en el mercado. Halloween ya no es solo una moda, sino un revulsivo en la economía del pequeño comercio y de la hostelería locales.

«Levamos 11 anos abertos e a evolución desta festa é moi destacada. En outubro do 2013 os disfraces tiñan pouca saída. Hoxe é unha celebración que comeza a competir co Entroido. Está a crecer moito, cada vez están máis involucrados tanto os pais como os comercios e as asociacións veciñais. Encárgannos disfraces, complementos e pezas decorativas. Para nós é unha campaña moi importante», destaca Rosa Giance, de la tienda Todolar, en As Conchiñas, una de las pocas especializadas en disfraces que abre todo el año en A Coruña.

Su diagnóstico es similar al que ofrece Suraya Djekky, del establecimiento dedicado a la venta de artículos para fiestas y eventos, Ballon Design. «A nivel de decoración, cada año coge más fuerza. A la gente le gusta cada vez más decorar sus casas y en los comercios y bares se está convirtiendo en una tradición. Incluso a nivel barrios», añade Suraya, cuya tienda está en Os Mallos.

Una cifra que ayuda a comprender el alcance de Halloween, o del Samaín, es la de los establecimientos inscritos en el concurso de escaparates del Ayuntamiento. Este año son cien. Los cinco ganadores se darán a conocer el jueves 31. Mientras, en los centros culturales los más pequeños son los protagonistas. Un ejemplo es el taller de manualidades de Samaín para niños del Fórum, abierto hasta este martes. En la ciudad, el Concello ha programado más de una decena que se desarrollan en centros cívicos y mercados municipales.

Historias no tan terroríficas

El poder de movilización de Halloween es transversal y alcanza al sector cultural. De la misma forma que las plataformas audiovisuales, y antes los cines, programaban estrenos de terror con el avance de octubre, el mundo del libro tampoco ha querido dejar escapar este gancho. Así lo explican en la librería Qué me Contas, especializada en cuento infantil. «Desde que comienza octubre tiene mucho tirón el libro ilustrado y los cuentos para primeros lectores. Los padres los encargan con previsión y, otras veces, los compran porque vienen por la tienda y les gustan las propuestas que se sacan coincidiendo con esta fecha, desde libros de pegatinas a juegos educativos. Es una época en la que tiene mucho peso la temática, como en Navidad», explica Alicia, que regenta con su hermana Isabel esta librería en Perillo.

Otro de los sectores en los que Halloween también se deja notar es el de la repostería. «Los dulces típicos de estos días que más nos piden son los buñuelos y huesos de santo», apuntan desde la confitería Berna.

De chucherías a calabazas

Las golosinas y chucherías también hacen aquí un singular agosto. «Los caramelos y chicles con formas temáticas como murciélagos, vampiros, esqueletos o calaveras se han vuelto indispensables en las estanterías. Además, los envases en formato para llevar han ganado popularidad, ya que son ideales para la tradición del truco o trato y en las fiestas», cuentan a La Voz desde la asociación Produlce.

Pero, si hay una imagen por excelencia de Halloween, además de las telas de araña, esa es la de la calabaza. El fruto es el elemento por excelencia de estos días. «Nos las piden particulares pero también para fiestas privadas, colegios, guarderías, tiendas, restaurantes...», enumera Rocío Sousa, de la cadena coruñesa Frutas Sousa. En sus almacenes y fruterías la calabaza, «o calacú», es el fruto estrella de esta temporada. Y no precisamente para degustarlo, sino para usarlo como elemento decorativo. Los que se venden estos días vienen, sobre todo, de Murcia. «En la aldea cultivamos mucha calabaza, pero esas no son huecas, que son las que se piden porque son más fáciles para vaciar y decorar», precisa.

«La calabaza gallega es más dura y es muy buena como alimento, para las cremas, por ejemplo, y está la calabaza de cabello de ángel, que se utiliza para los dulces», detalla Sousa. «Somos mayoristas, vendemos para puntos de venta como supermercados o por encargo. Hoy mismo recibimos un pedido para un crucero que salía de A Coruña», destaca. En Halloween se comen muchos dulces y, a los no tan niños, les gusta más salir de noche.

Mejor que Fin de Año

«Para el ocio nocturno es una fecha clave, más importante que la de Fin de Año en cuanto a volumen de gente, no así de facturación. El día 31 de diciembre las alternativas son más diversas, con muchas fiestas privadas, no así como sucederá este próximo jueves», cuenta Luis Diz, presidente de Galicia de Noite y gerente del Grupo Pelícano.

«Es un evento muy importante, empezó hace unos 10, 12 años, y el crecimiento ha sido progresivo. En Pelícano tenemos más del 95?% de las entradas vendidas para el jueves, con más de 20 personas contratadas para animación. Me acuerdo de cuándo empecé a trabajar en este sector, en Tui. El fenómeno comenzó antes en Portugal y fue cuando nos dimos cuenta de que teníamos que meternos en esta ola. Al comienzo, no venía casi nadie disfrazado a las discotecas. Ahora, lo raro es no ir caracterizado», continúa el empresario hostelero.

Él tiene claro que la fiesta ha dejado de ser una moda. «Una moda es cuando algo se lleva un año, dos... pero con Halloween en ascenso llevamos más de diez. En determinados locales marca la facturación anual, supone el 30?%. En A Coruña ciudad es cierto que la facturación es más estable a lo largo del año, pero con carnavales y Navidad es uno de nuestros puntos álgidos», concluye Diz, que hace una última apreciación: «En A Coruña nos encanta disfrazarnos». Una predisposición que abarca desde a los más jóvenes a «adultos en torno a los 50 años», precisa. Diz también insiste en los locales de restauración, cada vez con más cenas temáticas, son otros de los beneficiados por esta tradición «yanqui», concluye.

Las rutas del truco o trato: «El día 31 es mágico, no parece que exista crisis de natalidad»

El espíritu de Sleepy Hollow ha impregnado las calles de la ciudad. Cada año, una vez que se supera el ecuador del mes de octubre, los escaparates se llenan de telas de araña y calaveras. Los comerciantes, conscientes de la amplitud del fenómeno, han querido aportar su granito de arena. Y no por un interés comercial, ya que ellos aquí no reciben, sino que dan. Muchos dulces y diversión, y también algún que otro regalo, para que los niños que el día 31 se animen a pedir truco o trato.

«Empezamos de una forma espontánea hace unos diez años. Y, desde entonces, a excepción de la pandemia, la ruta ha ido a más. Este año somos unos 40 comercios. Unos aportamos frutos secos, otros galletas caseras. Lo que cada uno tenga. El 31 es un día para agradecerle al barrio todo lo que nos da. Y también una forma de que los más pequeños de la casa nos conozcan», destaca Alba Balsa, de Distrito Mallos.

Este barrio de A Coruña tiene la ruta del truco o trato más antigua de la ciudad. La reparten estos días impresa y también tienen una pulsera, que utilizan en el otro evento que tienen programado, el Mallosto, el próximo domingo 10 de noviembre.

«El año pasado fue multitudinario. La verdad es que es un día mágico, muy bonito, ves tantos niños por la calle que dices: ‘¿Donde está la crisis de natalidad? Por un momento, parece que no tenemos este problema», dice bromeando Alba Balsa.

Aunque el circuito de Os Mallos es el más veterano, no es el único. En la calle de la Torre tienen su propio itinerario. «Es como un carnaval sin carnaval. A los niños les gusta venir disfrazados comercio por comercio recogiendo los dulces, golosinas o galletas que les damos. De hecho, si decidimos retomar después del covid fue por ellos. Nos sacaron las dudas. Al poco de empezar el curso, siempre que venían nos lo preguntaban: ‘‘¿Este año volvéis a hacer la ruta?''. Es una iniciativa que les hace mucha ilusión, tanto a los pequeños como a los padres. Al final, este año participamos 34 locales. Unos hacen chocolate con churros y, otros, postres caseros, como magdalenas», detalla María José Pérez, de A Mariola, uno de los tres locales, junto a La Competencia y Café Murphy, que organizan el circuito que han bautizado como La Torre del Terror.

En Monte Alto, además, cuentan con charangas para el día 31 a cargo de los Kilomberos y Monte Alto a 100. La de este 2024 es la octava edición de su Samaín, que va desde las 18.00 de la tarde a las 21.00 horas.

«Este año no hemos podido organizar el concurso de disfraces porque no conseguimos cortar la calle, como en el entroido. A ver si para el 2025 conseguimos que el Ayuntamiento nos deje cerrar al tráfico, al menos, unas horas, para que sea más seguro», cuenta María José.

Los vecinos de otros barrios como los de Monte Martelo, O Peruleiro y Novo Mesoiro tienen sus propias rutas de lambetadas para la tarde previa al Días de Todos los Santos. El único requisito para hacerse con un dulce vestir un disfraz terrorífico.

Estas propuestas se unen a las iniciativas como la del Túnel do Samaín, en el centro comercial Marineda City. Está en la plaza Emilia Pardo Bazán hasta el día 1 de noviembre en horario de tarde, hasta las 21.30 horas y, el domingo, también por la mañana. No faltarán los sustos ni la diversión en familia.

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