Su casa está sobre una pendiente que sufre desprendimientos y donde el Concello de Carral acaba de hacer una obra. Pide que lo apuntalen, pero el alcalde se niega
10 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Borja tiene un serio problema unos metros por debajo de su finca, que asoma a un camino. Periódicamente el talud que sostiene su propiedad sufre algún tipo de desprendimiento. Hay un par de árboles que están retando la ley de la gravedad. Es lo que más le preocupa a este vecino de Herves, en el municipio de Carral, que algún día uno de estos incidentes haga daño a algún vecino que pase por la Rúa da Escola, debajo de su casa.
Por eso se alertó cuando a finales de octubre vio a unos obreros rebajando el talud para construir un arcén transitable, con drenaje para pluviales, una obra encargada por el Concello. Borja Martíns asegura que estos trabajos han empeorado la situación del talud y pide a la Administración local que lo apuntale para evitar riesgos. Él mismo convocó allí a una patrulla de la Policía Local el 28 de octubre para que levantara acta de las obras y declaró a los agentes que se hizo sin su consentimiento. «Aquí hay árboles con las raíces al aire», señala Borja, de 40 años, que reside en esta aldea de Beira junto a su pareja y su hija.
La policía acudió posteriormente al área de Urbanismo para consultar la obra. Allí los técnicos apostillaron que «cualquier posible existencia de peligro de derrumbamiento del referido talud correspondería al propietario del terreno». «No lo entiendo —replica Borja—, cogen parte de mi terreno y no lo quieren reforzar».
El vecino acudió dos días después al cuartel de la Guardia Civil de Culleredo (el de Carral estaba cerrado) para presentar una denuncia. Allí indicó que los obreros estaban horadando un metro de su terreno, «con lo que están debilitando el talud».
El conflicto viene de antiguo, concretamente desde hace siete años, cuando compró la vivienda y desde entonces alertó al Ayuntamiento del riesgo de desprendimientos, invitándole a construir un muro de contención o a achaflanar el talud. «Le ofrecí el terreno al Concello de forma gratuita», indica Borja, quien asegura que varios años atrás se había ensanchado dos metros este vía «sin que se hubiera afianzado el talud», explica.
Aún hubo una tercera instancia a la que acudió. Envió cuatro requerimientos al Valedor do Pobo porque el Concello de Carral nunca contestó a esta intermediación. Borja no se rinde. Ahora está analizando el tema con la ayuda de un ingeniero de caminos y un abogado.
«Ten que saber o que merca»
La Voz de Galicia visitó al alcalde de Carral, Javier Gestal, en su despacho. Es contundente en sus respuestas: «Iso leva así 60 anos, teno que acondicionar el. Pídeme que limpe o valado e se o fago o responsable do que poida pasar despois son eu», explica el regidor de Alternativa dos Veciños, quien reconoce que no ha sido correcto por parte del Concello no responder a los requerimientos del Valedor do Pobo. Pero insiste en que la Administración local no pondrá un dedo en ese talud. «Eu por lei non podo facer ese tipo de obras, cando a xente merca algo ten que saber o que merca, se tes un noiro, hai que mantelo, se queres vivir ao lado do río e tes unha crecida, ninguén che ten a culpa», reflexiona. «Hai moitas estradas da Deputación que teñen casas enriba e non anda arranxando noiros aos veciños».
Según algunos expertos consultados, el propietario del terreno es quien se debe responsabilizar de los posibles desprendimientos. No obstante, si una Administración hace una obra en la pendiente, entonces debe asumir también la responsabilidad. De ahí la guerra dialéctica entre Borja y alcalde. El primero asegura que la obra cogió un metro de su terrero. El regidor dice que ni un centímetro.