Domenico Bartolotta, dueño de un restaurante en A Coruña: «De 18 empleados, 6 están de baja, estoy perdiendo 20.000 euros al mes»
A CORUÑA
Ante la falta de personal, el responsable de Sicilia in Bocca se ve obligado a cerrar el negocio los martes y miércoles de forma indefinida
20 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Muy enfadado y preocupado. Así se encuentra Domenico Bartolotta, dueño de los restaurantes Sicilia in Bocca, con presencia en Santiago, Bertamiráns y A Coruña. El negocio de la ciudad herculina, situado en la céntrica calle Juana de Vega, es el que le está suponiendo un quebradero de cabeza. «Este martes y miércoles no pudimos abrir por la falta de personal. Es la segunda semana que nos ocurre en este mes», lamenta el empresario, que colgó un cartel en las puertas del espacio para informar a los clientes del cierre de esas dos jornadas de forma indefinida.
La ausencia de trabajadores no se debe, en su caso, a que tenga una plantilla pequeña. «Son 18, pero ahora están 6 de baja médica», apunta Domenico, que dice que entiende que los empleados tengan derecho a ausentarse y a cobrar un salario debido a una enfermedad, «pero tengo casos que son falsos», afirma rotundo. «Tenemos testigos de que alguna persona ha simulado sufrir una depresión. Va al médico de cabecera y le dice que no duerme, que tiene ansiedad y el doctor, para no mojarse, automáticamente le de una baja de un mes sin que lo haya visto previamente un especialista», expresa.
Miedo a contratar más personal
Domenico lamenta que haya trabajadores que se aprovechen de ello. «Hay gente que en dos meses solo ha trabajado un día. Otro que nada más empezar se cogió una baja de 18 meses. A otra persona la tuvimos que suspender de empleo y sueldo porque falsificaba la hora de entrada y salida, lo puedo demostrar. A la semana de tomar esa medida vino con un certificado de ansiedad y cogió la baja», expresa enfadado.
Ante la acumulación de bajas en el restaurante coruñés por motivos de salud, «unos justos y otros no», dice Domenico, no cuenta con una plantilla lo suficientemente grande para dar servicio los siete días de la semana. «Nosotros no cerramos nunca el restaurante, pero ante esta situación he tenido que cerrar los martes y miércoles durante dos semanas y, la que viene, no sé que voy a hacer». Porque la solución habitual es contratar a una persona para cubrir a ese empleado, pero Domenico no sabe qué hacer. «Tengo terror, tengo miedo de tener otra vez mala suerte, dar de alta a alguien y que a la semana también falle», comenta el hostelero, que dice que, de momento, es la familia la que realiza un sobresfuerzo. «Somos muchos, tengo tres hijos y todos trabajamos», señala Domenico, que abrió los restaurantes con su mujer, de Fisterra.
El empresario dice que la problemática es un mal común en A Coruña. «Le pasa a muchos empresarios. Tenemos que protestar ante lo que ocurre porque esto causa un gran daño a la empresa», manifiesta el hostelero, que señala que la problemática es específica de la ciudad. «En el restaurante de Santiago, por suerte, no me ocurre. Ahora acabamos de abrir uno en Bertamiráns y espero que tampoco pase».
Ante la imposibilidad de mantener la actividad habitual del negocio, el nivel de ingresos ha descendido. «Puedo estar perdiendo unos 20.000 euros al mes», apunta Domenico, que se siente impotente. «Al final, todo tu esfuerzo como empresario, toda tu inversión por abrir un negocio y sacarlo adelante, se viene abajo por culpa de estas personas».
Salarios competitivos
El hostelero destaca que en su restaurante ofrecen un salario competitivo. «Para el que me diga que esto pasa porque en la hostelería somos unos explotadores, nosotros pagamos por encima del convenio. Un trabajador percibe entre 1.400 y 2.000 euros al mes sin llegar a hacer 40 horas a la semana. Además, siempre nos preocupamos por su situación personal de forma que si necesitan un préstamo, lo damos», comenta el siciliano.