
Con una batuta así la formación muestra todo su potencial
16 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En viernes 13 celebró la Sinfónica de Galicia su concierto de Navidad (cada vez llega antes...) con un programa de oberturas e inteludios. Música muy popular (pero poco navideña) que hizo las delicias del público y permitió al costarricense Giancarlo Guerrero revelarse como batuta grandilocuente, elocuente, didáctica y efectiva. Un músico con ideas y herramientas para meterse al respetable en el bolsillo que sacó el mejor rendimiento de la OSG. El perfil de batuta que la orquesta merece.
Guerrero, entusiasta en un ejercicio instructivo de agradecer, contextualizó cada pieza. Tanto en la Obertura festiva, de Shostakovich, como en la Obertura carnaval, de Dvorak, extrajo sonido poderoso y empastado, con imponente presencia del metal; potenciando cuanto de cinematográfico tiene esta música. Desde el entusiasmo, abordó el interludio de La boda de Luis Alonso, de Giménez (que debe algunas de sus melodías a L. M. Gottschalk) como pieza de concierto, sin folklorismos baratos: así se hace justicia a esta música.
Hubo lugar para la ópera, con una obertura de Las bodas de Fígaro rebosante de pulso y una obertura del Guillermo Tell rossiniano donde brillaron los solistas (en especial Raúl Miras, sensibilísimo al chelo) que Guerrero comandó con gesto pequeño pero hábil, mostrando las posibilidades de la orquesta sin cargar las tintas ni en la tempestad ni en el galop final.
Al cerrar el programa con la Obertura 1812, de Chaikovski (con cañones por ordenador) Guerrero deseó que en el futuro «los únicos cañones que escuchemos sean estos». Versión con detalles de buen gusto (el uso del rallentando fue muy inteligente). La marcha Radetzky fue propina con ración de palmas: nueva demostración del poder de Guerrero para conectar con el público.
No era fácil sacar partido al programa, pero el maestro lo logró con temperamento y personalidad e hizo sonar a la OSG de modo casi cinematográfico. ¿Muy grandilocuente? Tal vez, pero el repertorio lo acepta. Ojalá Guerrero y la OSG sigan colaborando: con una batuta así la formación muestra todo su potencial.