Y el óscar a la mejor patata es...

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

CESAR QUIAN

De todas las campañas de márketing de los Óscar, superada la etapa salvaje de los Weinstein, las facultades de Publicidad deberían apuntar el modelo de las patatas Bonilla

05 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

De todas las campañas de márketing de los Óscar, superada la etapa salvaje de los Weinstein, las facultades de Publicidad deberían apuntar el modelo de las patatas Bonilla. Porque la lata más coruñesa ya ganó cuatro premios en su momento con Parásitos, el exitazo coreano por el que comparto muy pero que muy poco del entusiasmo planetario. Claro que estaré equivocadísima, ya que Parásitos siempre está en las listas de lo mejor del cine del siglo XXI, y tal vez se merezca una oportunidad más por mi parte. Aunque el cine tiene estas cosas del volátil consenso mundial. Que se lo digan a Emilia Pérez, que subió como la espuma y bajó con la misma rapidez.

Pero con las patatas no ocurre lo mismo. Nosotros ya sabíamos que las mejores patatas fritas son las nuestras (y las de los ferrolanos, que hay que recordar siempre de dónde viene uno). Luego llegaron los coreanos y después Oprah Winfrey, y su famosa lista de productos recomendados, y tras el aumento de ventas en Estados Unidos, lo que faltaba es que los invitados a la gala de los Óscar tuvieran sus platitos de patatas Bonilla para matar el gusanillo entre premio y premio. Que se cuelen unas patatas hechas con amor en Arteixo en el ambigú del Dolby Theatre de Los Ángeles tiene algo de sueño americano, ahora que desde Estados Unidos solo llegan pesadillas.

Y eso que sospecho que en una noche de vestidos ceñidos, lentejuelas, esmóquines a medida y esta nueva era del culto a la delgadez, pocos artistas habrán probado las patatas. Una lástima, la verdad, porque seguro que a Demi Moore le habrían ayudado a sobrellevar el bajón mucho más que las tristes patatas con pinta de congeladas con las que posó en albornoz tras la gala.