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El presupuesto de A Coruña queda aprobado al no haber moción de censura

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Ángel Manso

Habrá 15 días para alegaciones y entrará en vigor en abril

12 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El presupuesto que la alcaldesa, Inés Rey, vinculó a una cuestión de confianza el pasado 11 de febrero —la perdió con los votos en contra del PP y del BNG— quedó aprobado esta medianoche provisionalmente después de que se consumiese el plazo de un mes del que disponía la oposición para presentar una moción de censura contra la regidora de A Coruña. Este final era el esperado ya que el Bloque se negó rotundamente a plantear un escenario en el que propiciase un gobierno con los populares al frente y no llegó ni siquiera a haber conversaciones informales en las que estudiar posibilidades.

Ahora, las cuentas salen a exposición pública durante un período de 15 días hábiles en los que se podrán presentar alegaciones, aunque los casos en los que estas pueden prosperar son muy limitados y están tasados por ley, por lo que todo apunta a que el documento que diseñó el gobierno local entrará en vigor tal cual a comienzos del próximo mes.

Una vez finalizado el plazo, los siguientes pasos son el envío de la aprobación provisional del presupuesto al Boletín Oficial de la Provincia (BOP), trámite que se prevé hacer este miércoles para que salga publicado este jueves y que empiece a transcurrir el período de exposición pública.

Hay casos de ayuntamientos que optaron por dar por aprobadas las cuentas definitivamente una vez finalizado el tiempo para presentar una moción de censura, pero el gobierno local opta por este procedimiento acorde a la ley de haciendas locales.

La aprobación del presupuesto entra en su recta final después de que el BNG, principal socio de gobierno del PSOE, anunciase en noviembre que no apoyaría al gobierno municipal para sacar las cuentas adelante, como sí hizo el año pasado, señalando como motivo los incumplimientos socialistas, tanto en relación a los acuerdos del pacto de investidura como de las cuentas del año pasado. 

Final anticipado

En el momento de hacer el anuncio, el portavoz nacionalista, Francisco Jorquera, ya avanzó que tampoco apoyarían un gobierno liderado por el PP. Los populares son los que tienen un mayor número de concejales en el pleno, 12, por 11 de los socialistas y 4 de los nacionalistas, pero necesitarían al menos dos apoyos más para presentar la moción de censura (hace falta mayoría absoluta).

El portavoz popular, Miguel Lorenzo, realizó durante este mes varios llamamientos públicos a su homólogo del BNG para negociar esta posibilidad, pero el rechazo del Bloque fue total. El último intento de los populares fue a raíz de la polémica por el acuerdo entre el Ayuntamiento y la gestora de la planta de Nostián. «El BNG no tuvo una postura clara en este tiempo», apuntó este miércoles Lorenzo.

Los nacionalistas defienden que su rechazo tanto al presupuesto como a la moción de censura es una forma de hacer valer su carácter «decisivo» en el pleno al evitar que haya mayorías sin ellos. Además, reconocieron pequeños avances del gobierno local y no cerraron la puerta a llegar a acuerdos en otros asuntos, como ocurrió con su apoyo a la ordenanza de viviendas turísticas. 

El escenario para el PSOE

El gobierno local podrá manejar durante nueve meses el presupuesto que diseñó y que asciende a 379 millones de euros, con el añadido de que apenas habrá casos que tenga que llevar al pleno y buscar apoyos para realizar cambios entre partidas debido a una modificación en las bases de ejecución, aspecto muy criticado por los grupos de la oposición al entender que se restringe su capacidad de fiscalizar la actividad del gobierno.

La entrada en vigor de las cuentas en los primeros días de abril será la parte positiva para los socialistas, que también afrontarán aspectos negativos de todo este proceso. El más evidente es el distanciamiento con el BNG, que se tradujo en dos votaciones en contra, primero la del presupuesto, y en segundo lugar la de la cuestión de confianza.

Esto supondrá que las negociaciones que pueda haber de aquí en adelante con los nacionalistas lleguen condicionadas por el enfriamiento actual de las relaciones y con la seria advertencia que supuso la postura del Bloque, que también debe medir bien sus pulsos con el gobierno municipal para no terminar favoreciendo al PP.