Juan Andrés de Dios: «Hice un libro musical porque escucho mucha música, tengo más de mil discos»

A CORUÑA

Acaba de autoeditar su nueva obra «Acordes para un diario». Está a la venta en las librerías Arenas y Formatos
16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Lo suyo con la literatura ya estaba escrito desde que nació. «De pequeño veía a mi padre, que era médico, escribiendo libros en el despacho. Yo lo acompañaba mucho en la escritura y le leía los textos. También tenía la influencia de mi madre, que era profesora de historia del arte. Me inculcó el amor por la lectura, algo fundamental para escribir», sostiene Juan Andrés de Dios Romero (A Coruña, 1975). Con estos pilares, la prosa ya vino sola. «Empecé con los poemas, después con cuentos, y finalmente me lancé a los libros de forma muy personal. Hace unos años comencé a autoeditarlos. Lo estuve haciendo sin ninguna publicidad hasta que escribí este y dije, “bueno, pues vamos a lanzarnos a la piscina y a darle todo lo que pueda”», afirma este vecino de Cuatro Caminos de toda la vida. Acordes para un diario, su última obra, se podría decir que es casi como un tercer hijo [tiene dos de carne y hueso]. «Le dediqué mucho tiempo y estoy muy satisfecho ahora que terminé de editarlo. Es algo que sube bastante la autoestima», confiesa.
El proceso no fue coser y cantar. «El mayor problema es la corrección, porque cuando lo haces de forma personal y sin tener colaboración, al final te lo tienes que trabajar tú todo. Y la autopublicación es eso, es trabajarte tú la portada, los textos, corregirlos bien, etcétera», detalla Juan Andrés. Él tiene el plus del consejo de su padre. «Me ayudó un poquito a la hora de la puntuación y corrección ortográfica para que el texto quede correcto», añade.
Tras un año dedicado a la escritura, y otro a los procesos de edición, su obra ya luce en las librerías de la ciudad. «Lo tengo a la venta en Arenas de Cuatro Caminos y en Formatos. Es una librería preciosa y José Manuel es un librero de estos auténticos. Cuando le comentaba que lo estaba promocionando en redes sociales, me decía: “Nada, aquí lo que hay que hacer es venir a las librerías y preguntar y hablar”. Es un librero de los antiguos. También lo tengo en Amazon y en Bookmundo», precisa.
Un QR a Spotify
Dentro de su proceso creativo, ha incluido un marcapáginas de regalo que tiene un código QR. Con él se accede a una lista de Spotify con las canciones que van acompañando la historia. «Acordes para un diario es un libro muy musical porque está basado en canciones. Al final es como si fuera la banda sonora de la vida. Yo escucho muchísima música. Tengo más de mil discos y están organizados según los momentos de la vida», confiesa. Ahora ha vuelto a los vinilos. «Pongo mucho últimamente el de Los Planetas y Los Flechazos. La discusión que tengo con mis hijos es que no entienden lo que es oír un disco desde el principio hasta el final. Reproducen canciones sueltas y los éxitos que salen», sostiene.
Su afición por la música lo animó también a probar de forma autodidacta con los instrumentos. «Aporreo la guitarra. Tocar ya es decir mucho. Le dediqué muchas horas y al final te das cuenta de que eres capaz de tocar temas con acordes o que te sabes la melodía de memoria», matiza. Su otra vía de escape es el tenis. «Juego en el equipo de veteranos del club de la Hípica. El deporte lo compaginé desde pequeño. Es una forma de decir: “Me voy a desahogar”», afirma.
Legado sanitario
Sorprende su verdadera profesión. Es administrativo en un centro de salud de Oleiros y ya suma 20 años de vida laboral. «Siempre caen esas bromas de “como eres funcionario tienes tiempo libre para hacer otras actividades. Pero al final la rutina te la pones cuando los niños ya están estudiando o en la cama. Enciendes el ordenador, la luz, te coges una cervecita, pones música y te pones a escribir hasta que te mueres de sueño porque te tienes que ir a la cama para madrugar al día siguiente», relata Juan Andrés.
Finalmente, ya son tres generaciones dedicadas a la rama sanitaria. «Tengo un hijo en plena adolescencia, con 15 años, y una hija que acaba de empezar Enfermería, con 18. La rama sanitaria continúa, Yo soy el que me fui más por las letras, más administrativo, pero bueno, mi hija ha vuelto a recuperar otra vez lo vocacional», revela. Todas estas facetas acaban enriqueciendo también su libro, en el que narra la historia de una mujer con un cáncer terminal que quiere dejarle a su hija un legado único. «Al final todo va unido, se mezcla un poco el trabajo con lo personal. Es autobiográfico también, cogiendo matices de la adolescencia, de la infancia, etcétera, y coronándolo todo con una banda sonora», resume. Su misión ahora es que su obra llegue a más librerías antes de iniciar su siguiente proyecto.