Parejas recién casadas y familias de mediana edad, adoptantes más habituales de mascotas en A Coruña

C. P. G. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Las protectoras de la provincia acusaron un aumento de solicitudes en el 2024

28 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«No compres, adopta». Es un eslogan de fácil recuerdo que se ha repetido en los últimos tiempos hasta la extenuación. Lo han gritado a los cuatro vientos las Administraciones públicas en campañas de concienciación por tierra, mar y aire —en este caso, por televisión, radio y prensa—. Pero también lo hicieron suyo los miles de refugios de animales que se extienden por todo el país. Ellos son los principales interesados de esta pugna, porque en sus espaldas recae la difícil tarea de encontrar un hogar a animales que han sido maltratados o abandonados. A veces ambas cosas.

La pandemia contrajo los datos de adopciones caninas y gatunas. El encierro y las restricciones disparaban la dificultad de cuidar a un ser que necesita más que comida y techo. Que necesita atenciones, paseos y muestras de cariño. Tener mascota no es obligatorio, y precisamente por eso no hay excusa para no afanarse en garantizar su bienestar. Acoger a un animal, sea el que sea, es un compromiso reservado a aquellos que están en posición de cumplirlo.

Este cambio de mentalidad, que salpica cada vez a más personas reorientándolas hacia las buenas prácticas y el cariño por otras especies, ha tenido también su impacto en la provincia de A Coruña, donde son decenas los voluntarios que ofrecen desinteresadamente su tiempo y esfuerzo a algún refugio, oenegé o protectora.

Más perros que gatos

Uno de estos refugios para animales sin hogar es el que regenta la asociación Gatocan, que opera desde sus dependencias en el concello de Coirós. A lo largo del 2024, entregaron en adopción a 88 perros y 70 gatos. Números que confirmaron una tendencia de repunte (aunque con matices) respecto a los ejercicios anteriores. Por ejemplo, en el 2023 consiguieron encontrar dueño a 66 perros y 92 gatos. Es decir, el aumento de solicitudes de cánidos vino de la mano de una contracción en los felinos.

Sin embargo, si vamos más atrás, a tiempos previos a la pandemia, encontraremos confirmación al aumento general de acogidas. En el año 2018, antes que comenzara a acusarse la contracción, entregaron a 40 perros y 58 gatos, valores notablemente inferiores a los actuales.

«Puede haber pequeñas variaciones en cuanto al número de perros y gatos adoptados, muchas veces según las camadas que hayamos tenido ese año, pero en el cómputo total de animales adoptados la tendencia creciente año a año», explica Marta Puente, voluntaria de Gatocan.

En cuanto al perfil del adoptante, es variado pero con ciertos patrones que se repiten. «Podemos decir que lo más común son familias o parejas de clase media de entre 30 y 50 años, aunque también hay personas que viven solas o más mayores que buscan la compañía de un animal», prosigue Puente. Pero no cualquiera vale. Tiene que ser gente con probada capacidad para hacerse cargo de la mascota. «Todos los posibles adoptantes deben cubrir un cuestionario previo a la adopción, que nos ayudará a saber las condiciones de vida que llevará el animal y también nos ayuda a guiar al posible adoptante en caso necesario. También podemos realizar un seguimiento para comprobar in situ lo expuesto en el cuestionario y hablar en persona con el futuro adoptante. Si todo está correcto, se firma un contrato y el animal se va con su nueva familia».

Begoña González, presidenta de la protectora Arco de Vella.
Begoña González, presidenta de la protectora Arco de Vella.

«Algunos perros vienen esqueléticos, otros con un miedo muy difícil de quitar»

Arco da Vella es una protectora con sede en Ferrol que opera en todo el territorio gallego. Eso sí, el límite territorial es ese, la comunidad. «Solo damos adopciones en Galicia porque eso nos permite tener a los animales siempre cerca una vez son dados en adopción, por si hay que hacer una visita o algún tipo de seguimiento», cuenta Begoña González, presidenta de la asociación.

El refugio es especialmente activo en redes sociales. Desde Facebook e Instagram comparten actualizaciones acerca de nuevas acogidas, acompañándolas con fotografías y textos explicando los detalles de cada caso. Este forma de darse a conocer parece verse reflejada en los datos. El año pasado sellaron más de 300 contratos de adopción. Según estiman, el 2025 va camino de ser aún más boyante. Una recuperación respecto al revés de la pandemia, que ya no es más que un mal recuerdo. «Las adopciones actualmente superan a las que había en los años previos al covid. A su vez, el 2024 fue un año mejor que el 2023».

Un factor clave, apunta González, es el trabajo divulgativo que se ha hecho desde diversos frentes. El ya mencionado «no compres, adopta» cuyo martilleo surtió efecto. «Llevamos desde el 2009 desarrollando nuestra actividad, y desde hace 5 o 6 años comenzamos a notar una concienciación mucho mayor por parte de la gente. Son muchos los que dicen ya que se niegan a comprar, que solo quieren adoptar».

Confirma los rasgos del solicitante medio. Una persona de edad no muy avanzada, comprometida y, normalmente, con cargas familiares más reducidas. Aunque, puntualizan, hay de todo. «Los que más adoptan son la gente joven, parejas que se acaban de casar o llevan pocos años viviendo juntos».

El reverso amargo de la labor de los voluntarios es el drama del maltrato. Algunos animales, instalados para siempre en los desgarros del horror, no consiguen recuperar jamás el brillo en los ojos. «Hay perros que vienen esqueléticos, otros a los que dieron martillazos en la cabeza o que tienen un miedo dentro que no les quitas en meses».

María Díaz, presidenta de la protectora Apadan.
María Díaz, presidenta de la protectora Apadan.

«Llegamos a recibir una solicitud de adopción de Alemania»

Apadan es otro ejemplo de agrupación de abnegados voluntarios que entregan parte de su vida y de su tiempo a mejorar la vida de los perros abandonados e indefensos. En el 2024, fueron 71 los que recibieron una segunda oportunidad gracias a ellos. De nuevo, es la consagración de una escalada. En el 2023 —que, según apuntan, fue uno de los peores años de época reciente— la cifra fue de 62.

No obstante, María Díaz, presidenta de Apadan, advierte de que una cosa es el aumento de gente que se interesa, aunque sea vagamente, en la posibilidad de adoptar, y otra muy distinta son los procesos que acaban materializándose. «Si una semana tenemos, por ejemplo, 12 peticiones, esto seguramente desembocará, en el mejor de los casos, en 2 o 3 adopciones», aclara.

Los perros más solicitados son los jóvenes, de pequeño tamaño y de carácter sociable. Pero también hay abnegados samaritanos que acogen y cuidan a los de mayor edad. «Yo entré en 2003, y teníamos muchísimas dificultades para darle salida a perros adultos, pero esto ya está cambiando Los perros sénior ofrecen muchas ventajas, hay personas que incluso buscan casi ancianos y otros que, aunque al principio vengan buscando cachorros, cuando vienen acaban congeniando más con uno de los veteranos».

La franja media de los adoptantes se mantiene, como en el resto de centros, entre los 30 y 50 años. No obstante, Díaz percibe un ligero aumento reciente en la edad. «Hace diez años, el perfil era de persona de entre 30 y 40 años. Ahora rondan más bien los 50. Pero realmente nos viene gente de cualquier edad, incluso de más de 70. No hay un perfil único. Lo que sí que es constante es que suelen estar muy comprometidos, porque buscan adoptar y no comprar».

Este refugio tiene una política más aperturista. De vez en cuando, aseguran, reciben peticiones de otras partes de España o incluso del extranjero. Nos vienen personas hasta gente de fuera de Galicia que viaja al refugio exclusivamente para llevarse alguno de nuestros perros. Hasta recibimos una petición de Alemania hace poco».