Cómo seducir desde las facultades, y cómo no hacerlo, a los bachilleres que buscan su vocación
26 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Lo que voy a contar es el caso real de un grupo de bachilleres coruñeses que esta Semana Santa aprovecharon la jornada de puertas abiertas en las facultades y escuelas de la Universidade da Coruña (UDC) para tratar de orientar su futuro universitario, que está casi a la vuelta de la esquina.
Muchos jóvenes no tienen claro lo que van a estudiar y por eso es interesante apoyar esa decisión trascendental en las explicaciones de los profesores y alumnos universitarios que participan en este tipo de iniciativas. Estos chicos eligieron dos opciones —algunos, incluso más—, la Escola Superior de Arquitectura y otra que, por discreción y por no hacer daño, prefiero no desvelar.
La hora en Arquitectura se quedó corta. Tanto, que la visita duró 90 minutos y había ganas de más. La explicación, la transmisión del espíritu de este grado, la implicación de los propios estudiantes, los ejemplos mostrados, el paseo por las instalaciones.... Todo bien, muy bien. Por eso la reunión se convirtió en una invitación atractiva que dejó un poso de deseo en el corazón de estos chavales.
En la otra escuela... Bueno, pues la hora se les hizo eterna y en ningún momento hubo la seducción necesaria para captar vocaciones. El desinterés convirtió la visita en un trámite aburrido y que unos y otros estaban deseando que terminase. Una pena.
Creo sinceramente que la UDC debería revisar este asunto. No hay diferencia alguna entre Arquitectura y la otra carrera, salvo el interés y las ganas que le ponen los profesores y los universitarios en la presentación. Y eso, a estas edades, lo es todo. Adivinen qué grado querrán empezar estos estudiantes el día de mañana y cuál tiene todas las papeletas para ser descartado.