Los depósitos de Repsol en San Diego darán paso a edificios y un gran parque
ARTEIXO

Por el momento solo desaparecerán dos tanques de petróleo y se desconoce el año en el que se derribará el resto
23 oct 2016 . Actualizado a las 01:11 h.En esta primera fase de traslado de Repsol a Langosteira, que comenzará a principios de año, solo desaparecerán dos de los tanques que la petrolera tiene en San Diego. El resto también se eliminarán, como se desocuparán todos los terrenos que la empresa tiene en el puerto, pero para eso todavía no hay fecha.
En su día se cifró en unos 400.000 metros cuadrados el espacio que ocuparía la zona residencial, con un gran parque que se situará en San Diego, la terminal petrolera y la estación de mercancías de Renfe. Una de las dudas que surgía al haberse firmado dos convenios contradictorios era qué porcentaje de ellas deberían de ser de protección oficial, un tema de suma importancia si se tiene en cuenta que este tipo de viviendas están sujetas a precios fijados por la Administración, mientras que si es vivienda libre el margen para el Puerto sería superior.
Hasta que no llegue el desmantelamiento completo difícilmente se podrán liberar las parcelas que la petrolera ocupa en los muelles de San Diego pero al menos, después de más de medio siglo, se dan los primeros pasos para promover ese traslado, con un horizonte de 28 meses -a contar desde diciembre- para ver cómo el crudo cambia A Coruña por Arteixo, sin pasar por núcleos y afectando a un número mínimo de vecinos. Esa marcha no solo supondrá reducir el riesgo para los habitantes que viven en las inmediaciones del poliducto. Implicará también que los buques de mayor tamaño, los que comportan mayor potencial de peligro, dejarán de entrar en la ciudad.
Un espacio de usos hosteleros, hoteleros, residenciales y públicos
Este es el plan: la remodelación y soterramiento del tráfico en el Parrote, la peatonalización de Alférez Provisional y la Marina, y la conversión de San Diego y los demás terrenos portuarios industriales en áreas accesibles a todos los ciudadanos. Para ese último punto será clave el traslado total de las instalaciones de Repsol a punta Langosteira, para la que no hay fecha.
Una vez que Alférez Provisional y el Parrote ya están listos, si nos acogemos al PGOM, el puerto quedará dividido entonces en dos zonas sometidas a un «Plan Especial de Transformación». La primera comprende el muelle de Batería y Calvo Sotelo, una superficie total de casi 64.400 metros cuadrados en los que se recuperarán los usos urbanos y se ordenará la nueva fachada marítima. El suelo se dedicará en su totalidad a usos terciarios y terciarios-hoteleros. Está proyectado un gran parque junto a la lámina de agua, para lo que fue necesario el soterramiento parcial de Alférez Provisional. Además, se dará continuidad al paseo marítimo y se conservará el edificio de los Silos del Cantábrico. El PGOM prevé que se compatibilice el uso portuario y ciudadano.
La segunda zona incluye los muelles de Linares Rivas, la Palloza, el Este, San Diego, el puerto petrolero, el Centenario y la estación de mercancías. La superficie total afectada es de 377.057 metros cuadrados.
La eliminación de la línea de ferrocarril que separa el barrio del mar no tiene todavía fecha
Langosteira ha tenido siempre, más allá de la ejecución física de las obras, tres grandes batallas: lograr la financiación para la obra, que se obtuvo finalmente con un crédito de 250 millones; que se contemplase la construcción del contradique, en ejecución, y que garantiza una mayor operatividad en la lámina de agua, y las conexiones, que siguen pendientes. La carretera está en funcionamiento. Sobre el tren, en cambio, son todo incógnitas. Ya que falta por construir el acceso por tren a Langosteira, es inviable el traslado de algunos tráficos desde el puerto interior a la nueva dársena. De ahí que las vías de San Diego estén aún operativas y se prevé que lo estarán durante mucho tiempo.
El puerto exterior necesita de ese transporte con urgencia si quiere dar todos los servicios que están proyectados.