Chave para los últimos de Borroa

Toni Silva ARTEIXO / LA VOZ

ARTEIXO

CESAR QUIAN

Atrapado entre la refinería, Nostián y el vial a Langosteira este pueblo celebra la nueva instalación deportiva

09 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La chave es algo más que un deporte en el lugar de Borroa. El paso de los años ha ido encajonando a este rincón verde de Arteixo de casas desperdigadas en primera línea de refinería. La chave es un ejercicio de liberación en un pueblo carcomido por las fronteras industriales y viarias. Si miramos hacia el mar, nos topamos las chimeneas de la refinería y los grandes almacenes. Detrás, la nueva autovía al puerto exterior.

-E ese olor, Chilo?

-Nostián, que está aquí ao lado. Hai días que non se para.

Chilo es uno de los últimos de Borroa. Los recuerdos entrañables han podido con el destrozo del paisaje. «E quedei». Así que, al menos, le ha exigido al Ayuntamiento que invierta en el ocio más demandado por la media edad de los vecinos, la chave. El Concello está ultimando las obras de la nueva pista, una inversión de casi 50.000 euros que tendrá su techumbre y que, a día de hoy, es apenas una parcela asfaltada. «Levan dous días sen vir..., dous días...», dice Chilo a sus compañeros y también oriundos de Borroa, Luis Suárez y José Antonio Soto.

Este es el quinto campo de chave desarrollado en Arteixo desde que Carlos Calvelo es el alcalde. Le preceden los del núcleo urbano (60.000 euros), Meicende (28.000), Rañobre (15.000) y Suevos (20.000), lo que demuestra el fuerte auge de esta actividad en el Arteixo más industrial, como si hubiera un invisible vínculo con las pesadas herramientas metalúrgicas del juego. «Esta tiña que ser a primeira, así llo pedimos ao alcalde, pero non puido ser», explica Chilo (en su DNI figura Basilio Vázquez Corral).

En terreno de Repsol

Y no pudo ser porque los terrenos no eran de ningún vecino sino de la propia compañía Repsol, cuyas posesiones abarcan mucho más que los límites del cierre perimetral. La compañía había comprado parcelas adyacentes hace muchos años en previsión de necesitar más espacio. Así que fue necesario un convenio entre el Ayuntamiento y la refinería para ceder el terreno. «Por iso tardaron tanto», elucubran los tres vecinos mientras discuten un presunto desnivel en la planchada de hormigón. Se entiende la búsqueda de la perfección, son muchos años esperando por una instalación en condiciones que permita, a diferencia de la vieja, ubicada en un alto ventoso sobre Meicende, guardar su propio material «sen depender de casas particulares». La nueva superficie será para disfrute de los vecinos los próximos cuatro años. «A partir de ahí, renovable año a año, pero intuimos que serán muchos», dice el alcalde de Arteixo, Carlos Calvelo.

El Clube Chave Borroa milita en la Segunda División de la Federación Galega de Chave. «É o máis baixo onde podemos estar, se houbese unha Terceira aí estaríamos nós», ironizan. En enero volverá la Liga y viajarán a lugares como Carballo, Caión, O Burgo... La entidad tiene 20 socios, 12 de los cuales cuentan con carné de tiro. ¿Qué hacen los otros ocho? «Pois pásano ben mirando, e se organizamos comidas eles tamén están, o que non poden é xogar». El pequeño tamaño de Borroa obliga a rebuscar fichajes en otros barrios y aldeas para completar equipo. Lo dice Chilo con orgullo: «No Deportivo cantos son da Coruña?».