Adiós Dino, tu último truco se te escapó de las manos

Chelo, Cris, Laura y Alex

ARTEIXO

Dino
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Secundino Santiago Núñez falleció el día 11 en Arteixo. Genio de las relaciones públicas, disfrutó de una vida intensa que le llevó a una etapa en Australia. Tenía un máster en hacer reír a los demás

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con profundo pesar y gran asombro, nos despedimos de Secundino Santiago Núñez Ruiz, Dino, que falleció el 11 de febrero en Oseiro, Arteixo. Un gallego de corazón tan grande como sus ganas de reinventarse.

Con su característico sentido del humor, Dino se fue de este mundo dejando un legado de risas, cariño y momentos memorables que probablemente será recordado por generaciones. Siempre se ganaba los corazones de todo aquel que se cruzara en su camino. Era imposible no sucumbir a su encanto.

Nacido en A Coruña el 2 de febrero del 1963, pasó su niñez más feliz entre los verdes paisajes de Lugo con sus abuelos, a quienes siempre recordaba con cariño. Imaginad la de anécdotas que nos contaban los vecinos de Trasmonte cada vez que íbamos de visita, ¡cómo elegir tan solo una de ellas!

Era un monaguillo un tanto distraído y pasaba las horas jugando con sus vacas Xata y Linda, que le acompañaban en sus travesuras. No importaba cuántos años pasaran, para sus conocidos del pueblo él siempre sería Dinito. Desde temprana edad demostró su naturaleza despistada y su corazón siempre generoso y aventurero.

Comenzó los estudios de Biología, aunque pronto los abandonaría para realizar el servicio militar en Infantería de Marina como escolta Ajema, en Madrid. Él siempre dijo que fue un afortunado, ya que se mareaba en barco y gracias a su estatura, pudo optar a ser policía naval.

Su partida a Australia con 22 años marcó un rumbo diferente a su vida. Se enfrentó a nuevos desafíos, y recibió el regalo de convertirse en padre por primera vez. Allí aprendió idiomas y se alimentó de una cultura diferente, lo que le proporcionó nuevos puntos de vista y generó un cambio en su manera de pensar y actuar. Al regresar a España, se estableció en Arteixo, donde nacieron sus otras dos hijas.

En el ámbito laboral, destacó como comercial, ganando reconocimientos por sus habilidades de venta (entre los que sobresale el premio al mejor vendedor del año en su empresa). Aunque en su vida laboral se dedicó con destreza a otras profesiones, volvió a lo que realmente era innato en él, ser comercial. Todo esto lo llevó a ser muy conocido en la comunidad. Su don de gentes cautivaba a todo el que tenía el placer de conocerle. Porque Dino era un genio en el campo de las relaciones públicas. Se desenvolvía con soltura, aunque reconoció en alguna ocasión que eso de dar charlas en público aún lo ponía nervioso.

Siempre dispuesto a luchar por lo que creía correcto, aunque a veces lo hiciera de una manera un tanto singular.

Dino estaba constantemente ampliando sus conocimientos. Realizó diversos cursos de formación en EF Business School. Para él ir a clase era una aventura más donde verdaderamente se sentía a gusto y querido.

Su espíritu emprendedor lo llevó a crear Galikorka, un proyecto surgido en uno de sus cursos pero que, gracias al esfuerzo, talento y cariño que había depositado en él logró transformarlo en una realidad. Nunca perdía la ocasión para hablar de su licor café. Era el legado para sus hijas.

Era un ferviente jugador de mus, aunque reconocía ser más entusiasta que habilidoso. Sus órdagos sin sentido nos hicieron perder muchas partidas, pero eso no lo desalentaba para seguir jugando y divertirse.

Licenciado en Magiología y con un máster en hacer reír a los demás, Dino era un estudiante incansable y apasionado por el conocimiento en todas sus formas.

Durante la pandemia, valiéndose de su ingenio y espíritu irónico, se dedicó a crear vídeos de humor con el propósito de entretener a sus clientes y amigos y hacerles más llevadero el confinamiento.

En la última etapa de su vida, realizó incursiones en la política local promovido por su afán de ayudar a los demás y contribuir así con la comunidad.

Era un padre y un marido entregado, cariñoso y divertido. Estaba muy orgulloso de sus tres hijas, que heredaron su ingenio y terquedad por igual. Nos enseñó a no desistir nunca.

Su determinación y perseverancia lo distinguían e inspiraban a quienes lo rodeaban. Nunca retrocedía ante un desafío.

Con más de 10.000 proyectos en su haber (aunque le costara terminarlos), siempre encontraba la manera de sorprender y encantar a cualquiera que se cruzara en su camino. Su capacidad imaginativa era tan ilimitada como su curiosidad, y su implicación en cada proyecto era digna de admiración, incluso si a veces resultaba exasperante.

Sus juegos creativos y su habilidad para encontrar humor en las situaciones más absurdas lo convirtieron en una leyenda entre sus amigos, vecinos y familia.

Sin duda alguna, Dino ha dejado una huella imborrable en este mundo. Su personalidad divertida, extrovertida y curiosa lo define, siendo recordado como un hombre testarudo pero amable, que supo disfrutar cada momento de su vida. Que su espíritu alegre y su amor por la vida nos inspiren a todos a abrazar nuestra peculiaridad y a nunca dejar de buscar la magia en cada momento.

Para ti Dino, nuestro padre, esposo, hermano y amigo, queremos expresar nuestro profundo agradecimiento por los momentos compartidos y el amor incondicional que siempre nos brindaste.

Tus hijas Cris, Laura y Alex seguirán adelante con el legado de amor que les dejaste, y su madre siempre te recordará con cariño, agradecida por las experiencias compartidas. Tus risas resonarán en cada recuerdo que compartisteis juntos.

Chelo, tu compañera de vida, te despide con el corazón roto pero lleno de gratitud por cada momento compartido. Tu amor perdurará en su alma para siempre.

Juan, tu hermano, guarda en su corazón los recuerdos de una vida llena de aventuras y complicidad fraternal.

Descansa en paz Dino, y que tu legado siga iluminando el mundo desde dondequiera que estés.