
Crónica | La Navidad en el asilo García Hermanos de Betanzos Empezó hace 23 años, cuando llegó a la residencia betanceira. Del escaso presupuesto del asilo arañó cada año lo que pudo. Y cumplió su sueño. «Puedo morir tranquila. Está listo», dice
03 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.?or Esperanza tiene 76 años y lleva 23 montando su belén a las puertas del salón de actos del asilo García Hermanos. Cuando ella llegó sólo había el Misterio y los Reyes y ahora se expone un enorme Nacimiento de más de treinta metros cuadrados. «Aquí se portaron muy bien conmigo, porque cada año me daban dinero para encargar alguna figurita más. Porque se las compramos a un artesano de Gerona», cuenta la hermana, ourensana de nacimiento y aficionada al montaje de los Belenes navideños desde niña. «Antes lo hacía en las parroquias y después en todas las casas en las que estuve», recuerda. Y cuenta que lo único que pide es que alguien mantenga la tradición cuando ella falte. De hecho, hace ya unos años que renuncia al montaje completo del belén porque se encuentra, como ella dice, «un poquito delicada». Lo que hace es mantener la estructura tapada todo el año; la destapa al inicio de las celebraciones religiosas y la vuelve a cubrir en cuanto concluyen las fiestas.