«El médico me lo recuerda siempre: "O adelgazas o un día te vas a morir"»

toni silva BETANZOS

BETANZOS

CESAR DELGADO

Vanessa Deibe vive en Betanzos. Tiene 32 años, tres hijos y una pareja que amortigua sus graves problemas de salud

18 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vanessa está a 40 kilos de su felicidad. «Si bajo hasta los 80 me podrán operar», dice. Pero se ha estancado en los 120 y de ahí, imposible bajar. Tiene 32 años, tres hijos y una pareja que amortigua sus graves problemas de salud. Comenzó a engordar hace nueve años, cuando murió el padre de sus dos hijos menores. Aquello la sumió en una depresión a la que su cuerpo reaccionó así, ganando más y más volumen hasta comprometer sus rutinas diarias, empezando por su casa, una estrecha y vieja vivienda en la zona histórica de Betanzos con tres plantas que le agotan el resuello. «Hay días que me los paso en cama, no puedo ni caminar...». Una tos la interrumpe. Ya no la dejará en toda la conversación. «A veces mi pareja se tiene que ocupar de todo: de la casa, de los niños, de mí... Menos mal que está él».

Está aburrida de los mensajes tremendistas de los médicos: es consciente de la gravedad de su salud, pero no consigue bajar de los 120 kilos. «El médico me lo recuerda siempre: “O adelgazas o un día te vas a morir”».

Cualquier síntoma ordinario en ella desata las alarmas. «Una vez fui al ambulatorio a hacer un control rutinario y me tuve que quedar todo el día allí vigilada: tenía 37 y medio de fiebre», recuerda Vanessa. «Mi médico de cabecera me echa broncas: “Que te vas a morir, tía”, me dice muchas veces». Y recalca: «Luego me explica que si un día me atropella un coche y me tienen que operar de urgencias tengo muchas papeletas para morir en la operación...». ¿Pero cómo se adelgaza cuando se engorda incluso sin comer? Ella así lo asegura. «Me han dicho que tengo unas hormonas que me hacen engordar casi por respirar». En su batalla diaria combate su mala salud con seis pastillas que le permitan mejorar y acceder a un trabajo para cambiar a una casa de una única planta.

-¿Y oye comentarios hirientes por su exceso de kilos?

-No. Pero una vez mi hijo mediano se peleó en el colegio porque le dijeron que yo era muy gorda. Le expliqué que eso no tiene ninguna importancia, las personas somos mucho más que el aspecto físico.