El colombiano que huyó tras el crimen de Betanzos presumía de ser sicario

D. Vázquez BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

CESAR DELGADO

La hermana de la víctima, que le vendió los anillos de su boda, pide que lo atrapen

04 ene 2019 . Actualizado a las 13:51 h.

La familia de Máximo Feliz Ramírez, el marinero dominicano de 44 años que murió apuñalado la madrugada del domingo en Betanzos, se muestra preocupada por la falta de avances sobre el paradero del supuesto asesino, un ciudadano colombiano que, según varios testigos, huyó del lugar.

Altagracia Feliz, hermana de la víctima, lleva todos estos días en contacto con los funcionarios de los juzgados de Betanzos para saber si hay noticias, aunque como la investigación sigue su curso no le han podido adelantar nada, a la espera de que se produzca la detención del autor. «Conocidos lo tendrán escondido, esperemos que lo agarren», indica apesadumbrada, mientras sigue pidiendo la colaboración ciudadana para dar con él. «Ya no es presunto, es el asesino, hay muchos testigos, y aunque en el juzgado me dijeron que lleva poco tiempo aquí, él ya había estado, había sido deportado en el 2004 de España y volvió», apunta Altagracia. 

«'Yo soy sicario, he matado'»

«Él te presentaba las heridas del pecho que tiene, unos rajados muy grandes, yo se los llegué a ver», comenta, asegurando que «si no lo veías tomando alcohol nunca se metía con nadie, pero si probaba la cerveza decía 'yo soy sicario, yo he matado', pero lo que pasa es que yo pensaba que era para alardear y para que la gente le tuviera miedo, pensaba que hablaba mucho...», indica la hermana de Máximo Feliz sobre el hombre a quien muchos señalan como el asesino de su hermano, con el que se habría peleado la noche del sábado y al que sorprendió en la Rúa da Cañota volviendo a enzarzase ya con un arma blanca en las manos y sin darle posibilidad de defenderse.

Altagracia afirma que eran conocidos, que se trataba con su pareja, de la que el colombiano se declaraba muy enamorado y con la que se casó recientemente. La mujer se marchó de vacaciones a mediados de diciembre a Colombia. «Hace menos de un mes que se casó, yo vendo productos de oro y le vendí los anillos, fue hace tiempo y los tenían guardados», comenta Altagracia, que indica que aunque habló con la mujer hace unos quince días, nadie de la familia del colombiano se ha puesto en contacto con ellos para dar el pésame. «Yo sé que el único que está enterrado es mi hermano», dice sin consuelo.