Dolores Vázquez, homenajeada en Betanzos: «Ese perdón oficial del Gobierno tendría que llegar, por no decir otras cosas»
BETANZOS











Culpada injustamente por el caso Wanninkhof, recibió el premio Úrsula Meléndez de Texeda. «Es un día tan feliz como no recuerdo en muchos años»
24 mar 2025 . Actualizado a las 12:59 h.El Ayuntamiento de Betanzos entregó este domingo el XVII premio Úrsula Meléndez de Texeda a la betanceira Dolores Vázquez Mosquera, vecina que cumplió condena injustamente por el caso Wanninkhof, que se remonta a 1999. Pronunció un discurso improvisado en un acto en el que «se ha plantado una pequeña plantita para otras zonas de España que quieran reconocer el error, siempre estaré abierta, no guardo rencor». Una vez concluido, explicó que se sintió «un poco incómoda porque nunca quiso hacer nada», aunque agradeció el apoyo durante todos estos años y aseguró que no guarda rencor. «Tengo los mismos amigos y han estado ahí para apoyarme», dijo antes de reconocer que «ese perdón oficial del Gobierno tendría que llegar, por no decir otras cosas más». Además, añadió que cuando regresó de Reino Unido, donde residió varios años, percibió que en Mijas (Málaga), localidad en la que sucedieron los hechos, todavía no se había olvidado todo lo ocurrido.
Emocionada ante un auditorio lleno, de hecho se tuvo que cambiar el lugar escogido por la notable afluencia de asistentes, Vázquez señaló que «esta sala está llena de amor y voy a ser un poco egoísta y voy a quedármelo todo», comenzó su alocución, en la que agradeció la presencia de vecinos y destacó que, en los siete años que lleva de vuelta en Betanzos, «nunca me sentí sola». «Al principio quería ir sola a tomar café para ver la reacción de la gente y cada día me sentaba en un bar distinto. Quería sentirme libre y de verdad os digo que no ha pasado un día en que no recuerde que alguien se acercaba y me preguntaba cómo estaba o si me quería sentar con ellos», relató Vázquez, que hizo gala de humor durante su intervención. «Eso me hizo más betanceira y desde entonces he salido muy poco de aquí porque me siento muy querida», añadió.
Dolores Vázquez aseguró que esta jornada «es un día tan feliz como no recuerdo en muchos años» y señaló que, desde que la alcaldesa de Betanzos, María Barral, el comunicó que le otorgarían este reconocimiento, no estuvo «nerviosa», sino que «deseaba que llegase este momento». Sorprendida por la cantidad de gente reunida, destacó que «me queréis como soy y os lo agradezco». En esa línea reconoció que el premio Úrsula Meléndez de Texeda «ha llegado en un buen momento de mi vida, no me lo esperaba. El sentirse mal o no querer, el no ser coherente con uno mismo solo consigue amargarse por dentro y eso jamás se conseguirá, siempre iré hacia adelante y lo que me den, bien recibido está, pero no me darán nada».
La alcaldesa de Betanzos, María Barral, explicó que «hoxe é un deses días marcados en vermello no Concello de Betanzos» y que el acto respondía a algo «que deberíamos ter feito antes». Calificó lo sufrido por Vázquez como «unha das maiores inxustizas da nosa historia recente» y reconoció que Betanzos «a túa cidade, débeche moito máis que palabras, débete xustiza, dignidade e a calor que che foi arrebatada cando máis a necesitabas».

«Fuches vícitima dunha sociedade que sinalou e dun sistema que condeoute sen probas, sen razóns e sen humanidade», dijo Barral, que añadió: «En nome de todos os betanceiros quero romper ese silencio e dicir que o sentimos, que perdón por ser víctima dunha sociedade terriblmente inxusta e por uns poderes do Estado que non estiveron ó teu carón. E polas miradas inxustas, cada dúbida, cada condea, cada xesto de abandono. Tamén estamos aquí para dicirte que te queremos e admiramos».
Únete a nuestro canal de WhatsApp
Barral, emocionada durante la intervención, aseguró que «nada pode devolver o tempo perdido, pero Betanzos lévate no seu corazón e a túa historia nunca será esquecida. A xustiza non son só tribunais, tamén é memoria e reparación, e hoxe queremos facer un mínimo porque nunca será suficiente». «Grazas pola túa valentía, exemplo e alegría inquebrantable», concluyó.