Una empresa gallega, pionera en España en fabricar madera resistente al fuego

S. Basterrechea REDACCIÓN

CAMBRE

El grupo utiliza un nuevo producto ignífugo, más seguro ante los incendios Produce tarimas no inflamables y ensaya ahora en puertas y vigas con otras tres firmas del mercado

21 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Parece ciencia ficción, pero es muy real. Una empresa ha logrado fabricar piezas de madera no inflamable. Es la primera firma que lo hace en España y está en Galicia. Molduras del Noroeste, con sede en el municipio coruñés de Cambre, consiguió crear hace dos años frisos y tarimas de madera que no arde. Ahora experimenta para desarrollar vigas, puertas y paneles resistentes a los efectos del fuego. El milagro es un producto llamado MNO3 (formado por sales de boro y otros compuestos de carácter ignífugo) y el modo en que se aplica a la madera, tratada con ciclos de vacío y presión que permiten que la sustancia penetre hasta el interior. La investigación, que cuenta con el apoyo económico de la Consellería de Innovación e Industria, partió precisamente de lo que recogía la legislación de 1996 sobre edificación y protección frente a incendios y de la que entró en vigor en el 2002. La primera normativa exigía que los revestimientos en los locales públicos fueran de material combustible y difícilmente o nada inflamable. El texto posterior limitaba, además, la cantidad de humo y de partículas inflamables que podían desprender. «La madera es combustible e inflamable y su utilización quedaba restringida por su comportamiento», señala César García Porto, director de Calidad de Medio Ambiente e I+D de Molduras del Noroeste. Pruebas de reacción La empresa coruñesa decidió hacer algo al respecto. Y, tras múltiples ensayos, cambió la reacción al fuego de los frisos y tarimas que fabricaba con el MNO3. Ahora les llegan pedidos de toda España para instalar sus revestimientos. «Antes no se colocaban porque los materiales no cumplían la normativa. Ahora, los propios arquitectos lo exigen para sus proyectos y nosotros ya notamos que la demanda aumenta», asegura García Porto. Al poco de lanzar su producto, empresas que realizaban otros elementos en madera se interesaron por su método. «Lo que investigamos ahora es la resistencia de estos materiales tratados para comprobar que, pese al fuego, cumplen con su función», explica. Así, someten las vigas a una determinada carga, simulan un incendio y miden el tiempo que tardan en romper. Con las puertas y los paneles hacen algo parecido: comprueban cuánto aguantan un fuego cumpliendo su misión de aislamiento. A falta de algunas pruebas complementarias, los nuevos productos podrían llegar al mercado en el 2007. «Contribuirán a incrementar la seguridad de los edificios y las personas ante los incendios, y a aumentar la competitividad del sector», apunta García.