
El esqueleto de la mítica discoteca y restaurante de Cecebre languidece tras un embargo bancario y el continuo ataque de los saqueadores
29 mar 2015 . Actualizado a las 09:16 h.«¿Qué si me duele ir por allí? ¡Claro que me duele! Procuro ir lo menos posible. Pero es lo que hay». Manuel Núñez fue el dueño de El Bosque desde «el principio de los tiempos», como dice él, hasta que Bankia embargó el edificio hace ya tres años. Explica que «no es agradable» ver cómo el mítico complejo hostelero situado en Cecebre va mermando a manos de los saqueadores y vándalos, «pero es lo que hay», repite.
Aunque Núñez no quiere entrar en la que fue su propiedad, en El Bosque entra ahora todo el mundo: no hay puertas. Y las que hay, evidentemente, ya no tienen cerradura. Cuando los ojos se acostumbran a la oscuridad de la discoteca, aparecen en el suelo perchas, llaveros, fundas de discos e incluso tacos de entradas sin repartir. En la zona de Daikiris y Mojitos hay un sofá destartalado y en la de Latino, varias botellas de cerveza vacías. En el perchero, todavía pegado con cinta en la madera, una oferta irresistible: el calendario oficial de El Bosque por 5 euros, y la venta del tique del autobús a Betanzos por 4 euros.
Quedan algunas de esas reliquias repartidas por toda la discoteca. Como los papeles donde se especificaba que el servicio de limusina permitía un máximo de ocho personas por grupo. A 25 euros por persona. Eso sí, las consumiciones y el fast way gratuito. O sea, entrada libre con todo incluido.
La planta alta del edificio está algo mejor. Al menos da esa impresión al no estar invadida por la penumbra. En lo que habían sido las oficinas quedan algunos muebles, papeles, tarjetas de visita... pero de lo valioso no quedan ni los restos. La cocina, el restaurante, los almacenes... Todo está vacío. Con algunas pintadas y lo que parece restos de alguna fiesta. Normal que Manuel Núñez no quiera ver todo esto.
Proyecto para mayores
De todas formas, parece que nacen brotes en El Bosque porque hace año y medio una empresa se interesó por recuperar este complejo hostelero, pero no solo para servir comidas (que también), sino para convertirlo en una especie de ámbito residencial enfocado para personas mayores. El alcalde de Cambre, Manuel Rivas, confirmó que en su día hubo conversaciones con esos promotores interesados pero el proyecto no pasó de ahí. Lo que falla, según algunas fuentes que mantienen contacto con estos promotores, es la financiación. Porque, como ocurre muchas veces, es el banco el que tiene la sartén por el mango. Y, por ahora, el proyecto no avanza ni retrocede porque Bankia no se pronuncia.
«La propuesta incluye módulos unifamiliares, vinculados al edificio central ya existente, que funcionaría como un centro de día y de servicios múltiples. Se necesitaría unificar en el mismo proyecto todo el terreno de El Bosque, tanto el terreno rústico como el que ocupa el edificio, para que sea una única unidad de actuación. Pero por ahora no hay nada en concreto», confirman estas mismas fuentes.
Mientras tanto, en el suelo de la discoteca y de los despachos del inmueble acumulan polvo una antigua cinta de vídeo de Mecano, televisores sin pantalla e incluso una trona de bebé. Prueba de que, de vez en cuando, El Bosque vuelve a estar animado.