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El olvido se ceba con la iglesia de Santa María de O Temple, símbolo templario

Elena Silveira
Elena Silveira CAMBRE / LA VOZ

CAMBRE

EDUARDO PEREZ

Vecinos y técnicos piden actuaciones que «dignifiquen» el templo y su entorno

06 nov 2017 . Actualizado a las 01:16 h.

Santa María de O Temple es una iglesia románica del siglo XII. Tiene una planta sencilla, con sillares de granito, y es mucho más discreta y humilde que su hermana gemela al otro lado de la ría, en O Burgo. A pesar de que está prácticamente oculta por las edificaciones adyacentes, es un patrimonio «de valor descomunal» dada la importancia histórica que tuvo en la época de los templarios y como parte del Camino de Santiago. Al menos así lo considera el arqueólogo Tito Concheiro, que defiende la idea de devolver a este lugar, «tan maltratado y dominado por el feísmo», el valor que merece.

Algunos vecinos de Cambre defienden que este inmueble, que pertenece al Arzobispado de Santiago, se transforme en una especie de centro de interpretación de la cultura templaria. «Ahora solo abre una vez a la semana para el culto religioso, que se podría trasladar sin problema a la iglesia de Santa María de O Burgo, que es más grande», indica un vecino de O Graxal. Otros plantean que sería necesaria una actuación más global, no solo centrada en la recuperación y puesta en valor de esta iglesia, sino de todo el entorno: «Tiene que haber un proyecto más amplio, más ambicioso, porque evidentemente esta es una zona arqueológica muy rica», comenta otro vecino.

El arqueólogo Tito Concheiro apunta, en este sentido, que la pequeña iglesia no es muy relevante desde el punto de vista arquitectónico, y más si se compara con la de O Burgo. De todas formas, aunque su aspecto exterior no es brillante, conserva parte de su estructura medieval y es símbolo del esplendor que adquirió O Temple durante esa época. De hecho, la iglesia está situada en un alto en el que se aprecia una disposición del terreno donde en su día se asentó la bailía templaria, así como el hospital donde descansaban y eran atendidos los peregrinos: «Está en una ubicación muy interesante y el edificio en sí trasciende a lo puramente religioso. Podría tener una proyección turística y cultural muy importante, ya que esta iglesia resume una página de la historia de Galicia que fue trascendental», añade el arqueólogo. Algunos feligreses criticaron hace poco el descuido del cementerio que circunda el templo, ya que la persona que se encargaba de su atención dejó de realizar estas tareas porque los propietarios de las tumbas no le pagaban. De hecho, según confirmaron desde el Arzobispado, deben ser los propios feligreses o dueños de las sepulturas los que realicen el mantenimiento o paguen los servicios de una persona o una empresa para que lo hagan. Ahora se plantea la posibilidad de trasladar todas las sepulturas al nuevo camposanto y transformar este entorno eclesiástico en una zona más visible, transitable y abierta a visitantes. De hecho, pocos entierros se celebran ya junto a la iglesia de Santa María de O Temple.

El templo, aunque no está en estado ruinoso, adolece de cuidados, ya que las hierbas crecen en el tejado, la humedad se filtra por las paredes y el tejado, y en los años sesenta se eliminaron contrafuertes para construir panteones lo que desestabiliza la estructura.