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Antonio Gómez-Iglesias Casal, exsecretario del  Concello de Coirós: «Desde 1987 solo trabajé con dos alcaldes»

C. Puente A CORUÑA / LA VOZ

COIRÓS

El hombre, que se jubiló el pasado julio y al que el gobierno local rendirá homenaje en una comida el 15 de marzo, se muestra muy agradecido con la Diputación: «Para los concellos pequeños su ayuda es importantísima»

17 feb 2025 . Actualizado a las 10:37 h.

Fue secretario del Concello de Coirós durante casi 37 años en los disfrutó que mucho. «Los funcionarios estamos para servir a los ciudadanos», señala Antonio Gómez-Iglesias Casal, betanceiro ya jubilado. Para rendirle homenaje, el gobierno local prepara una jornada especial que consistirá en una comida el próximo día 15 de marzo en el pazo de Santa Cruz de Mondoi. Las personas interesadas en acudir al almuerzo podrán confirmar su asistencia ingresando 50 euros en la cuenta de Abanca de la oficina de Betanzos CCC: 2080-3101-06-3040081421. Es importante que en el concepto se ponga homenaje secretario. 

—¿Cómo fueron sus inicios?

—Empecé de la manera más rara. Estudié Derecho en Santiago y lo que menos me gustaba en la carrera era el tema local y el urbanismo. Acabé estudiando Técnico de Urbanismo en la Escuela Gallega de Administración y trabajando en la Administración local.

—¿Es complicado mantenerse al margen de la política trabajando en un Concello?

—Yo tuve mucha suerte porque los alcaldes con los que trabajé fueron todos gente razonable y sensata. Siempre tuve buena sintonía con ellos.

—Casi toda su trayectoria fue en Coirós, ¿pero dónde empezó?

—Estuve en el Concello de Monfero, que fue mi destino inicial. Después, estuve en Vilasantar desde el 81, allí trabajé un año y algo y, luego, desde el 31 de octubre de 1987, en el de Coirós. Me jubilé el pasado julio y en estos 37 años trabajé solo con dos alcaldes. Antes, en 1983, fui secretario del Concello de Betanzos nueve meses.

—¿Cambió mucho la carga de trabajo desde sus inicios?

—Aumentó muchísimo. Cuando empecé todo era a mano y pasar toda la contabilidad de un año suponía 15 días de trabajo, pero hoy sería inviable hacerlo sin los ordenadores. Hay muchas más partidas. Cuando empecé no había casi ni fotocopiadoras y hacer una copia era un lujo.

—¿Cómo se adaptó a la digitalización?

—Bien, fue un proceso de aprendizaje. Empezó en el 90 de la mano de la Diputación. Les estoy muy agradecido. Para los concellos pequeños fue importantísimo contar con su ayuda y conmigo personalmente se portaron muy bien.

—¿Lo que más le gustaba?

—Tener un trato directo con la gente y ver que con tu trabajo les ayudabas. Una vez una señora me llamó porque no tenía luz en casa, le dije que nosotros sí teníamos, me dijo que ya lo sabía porque veía que los vecinos de enfrente tenían, pero que sí le podía arreglar el problema. Le dije que me dijese con que electricista solía trabajar, lo llamé yo y fue a su casa a solucionarlo. Los funcionarios estamos al  servicio de la gente y tenemos que funcionar y ser eficientes. Estoy muy agredido con la gente de Coirós, siempre me trataron todos muy bien.