El joven que mató a un taxista en Ordes, culpable de asesinato

JOSÉ VÁZQUEZ A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

El fiscal y la acusación particular pidieron una pena de 14 años de cárcel Un jurado popular, compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres, ha declarado, por unanimidad, culpable de asesinato al joven carnotano Manuel Antonio Prado Riveiro, que mató en Ordes al taxista santiagués José María García Corral. El jurado también decidió, en este caso por amplia mayoría, que se tengan en cuenta las atenuantes de drogadicción y de entregarse a la policía. El juicio, que se había iniciado el pasado día 29, concluyó ayer en la Audiencia de A Coruña.

06 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El jurado también decidió que Prado Riveiro cumpla íntegramente la pena que le sea impuesta y rechazó la petición de indulto. El veredicto coincide con la tesis mantenida por la acusación particular, ejercida por el letrado Miguel Ángel Fernández en nombre de la familia de la víctima, que desde el primer momento culpó a Manuel Antonio de asesinato. Aunque el fiscal había acusado de homicidio también apoyó el asesinato. La decisión del jurado fue contundente. Declaró probado que Manuel Antonio tenía intención de matar, y para ello se proveyó de dos cuchillos y llamó a un taxi. Pidió al taxista que lo llevase desde Santiago a Ordes, donde le ordenó que parase en una calle oscura -era de noche- y con escasa actividad. Sin embargo, la decisión más importante para llegar a la conclusión de que hubo asesinato fue que consideraron probado que Manuel Antonio estaba en el asiento trasero y acuchilló al taxista de forma sorpresiva y súbita, sin darle oportunidad alguna de defensa, rechazando que hubiese existido un forcejeo, como mantenía la defensa. El jurado también rechazó que hubiese una lenta asistencia médica a la víctima -alegada por la defensa- y la consideró rápida y correcta. El veredicto afirma que García Corral recibió 15 cuchilladas, y que tres le atravesaron el pulmón y el hígado, por lo que murió desangrado. Añade que Manuel Antonio no tenía anuladas sus facultades mentales, aunque reconoce que padece una drogadicción, que el jurado calificó de moderada. Las peticiones de pena Tras el veredicto, las partes solicitaron las penas a imponer. El fiscal pidió 12 años por asesinato y dos por un delito de robo, más una indemnización de 21 millones de pesetas (126.212,54 euros). La acusación particular las mismas penas, pero 23 millones. La defensa pidió la mínima pena y que se adopten medidas para asegurar el tratamiento de la drogadicción. En unos días, el magistrado que presidió el tribunal dictará la sentencia de acuerdo con el veredicto.