María Tilve: «En esta ciudad hay un culto desmedido por estar moreno»
A CORUÑA CIUDAD

Charlamos en la terraza de La Urbana. «Mi único vicio es la Coca-Cola, tomo cuatro al día», comenta. En nuestro encuentro pide un Aquarius de limón. Percibo que muchos de los que están en las mesas de al lado no le quitan el ojo de encima. Su melena, su estilo, su piel morena llaman la atención. «Mi piel es así y me echo protección cincuenta aunque sea morena. Hay que cuidar la piel y tengo la sensación de que en esta ciudad hay un culto desmedido por estar moreno», reflexiona esta bloguera con más de 175.000 seguidores en Instagram. «Ahora mismo todo se mueve en esta red», afirma. Odia ir a la peluquería y confiesa que va a comprar el pan en chanclas. María Tilve Oreiro tiene 31 años y es una coruñesa nacida en el Materno que pasó etapas de su vida en Santiago y Pontevedra. Ahora vive entre la plaza de España y el mundo. Su padre, al que dice que se parece físicamente, es primo de los de la clínica Tilve. «Es que somos una familia muy grande». Se declara independiente y viajera. «Soy independiente pero tengo mamitis», puntualiza. Viajó y se formó en muchos países. Llegó a trabajar en un Starbucks de Londres y terminó la carrera de Derecho. «No me gustaba nada», sentencia.
Los primeros pasos
Asegura que «no me cuido especialmente. Siempre hice deporte. Natación, que pienso que es lo mejor que hay, tenis, surf o ciclismo, pero lo hago porque me gusta, no es una obligación». Como la abogacía no era lo suyo empezó de forma modesta con un blog de moda. «De informática apenas sabía nada y utilizaba una cámara normal. Las fotos me las hace mi novio. Fuimos aprendiendo sobre la marcha», relata. Siete años después, con el nombre de Stellawantstodie, es una de las blogueras de moda más influyentes. «El nombre viene de la película Un tranvía llamado deseo. Se me ocurrió viéndola porque la protagonista se llama Stella. Decir que eres influyente, una influencer, es ir de sobrada y hay gente que tiene millones de seguidores. Aunque no es tanto el número sino la estabilidad, y eso sí que lo conseguí», analiza. En las últimas semanas estuvo en París e Ibiza dos veces, en Barcelona, San Sebastián, Portugal, Madrid... «Y en septiembre iré a las semanas de la moda de Nueva York, París, Londres, Milán... Hay veces que te da tiempo a ver algo pero, por ejemplo, el otro día fui a París a la presentación de un perfume de Nina Ricci y vine en el día», relata. Reconoce que «es un lujo vivir de esto, de lo que te gusta. Es convertir tu hobby en tu trabajo». Dice que no siente presión de las firmas de moda. «Es cierto que se ponen en contacto conmigo, pero yo elijo. Si no va con mi estilo digo que no. Me visto como quiero», sentencia mientras coge un maíz del cuenco de frutos secos. «Como de todo. Me encanta el brécol, el pescado y las verduras, pero no digo que no a un churrasquito».
Confiesa que «me da vergüenza que me reconozcan. Tengo un público bastante joven, de 30 para abajo, y a veces ves que se dan cuenta de quien eres», apunta. Dice que en A Coruña la gente viste muy bien. «Creo que influye que aquí está la sede de Inditex y de otras marcas. Por ejemplo, por la plaza de Lugo la gente va vestida de manera increíble», analiza María, que se siente fantástica con una camiseta blanca, vaqueros y zapatillas. «Odio las medias. En invierno voy sin ellas y no tengo frío en las piernas», asegura esta friki de sagas como La Guerra de las Galaxias o El Señor de los Anillos que no cambia ningún lugar del mundo por una puesta de sol en el Portiño. Nos levantamos de la terraza y vamos caminando por el centro. «La tendencia para la nueva temporada son los 90, que para mí es de las modas más feas. Solo hay que ver lo que llevábamos puesto en las fotos de aquella época. Aquellos chándales de Portugal... Los pantalones no pitillo, más anchotes, van a coger fuerza», avanza María, Stella.