Hay moros en la costa coruñesa

Xosé Alfeirán A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

A partir del año 1617 las naves de los piratas turcos y berberiscos asaltaron el litoral de Galicia

27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 4 de diciembre de 1617, once naves berberiscas fondearon en las islas Cíes. El día 7 avanzaron hacia Vigo y Bouzas intentando desembarcar, pero fueron rechazados por las armas de los vigueses. Al día siguiente atacaron San Pedro de Domaio, en Moaña, quemando parte de las casas y matando a siete de sus habitantes. Después fondearon ante la playa y el puerto de Cangas, villa que carecía de defensas.

A las siete de la mañana del sábado 8 se desató el horror. Amparados por los disparos de la artillería de sus naves, unos 150 moros, según algunos informes, más de mil, según otros testimonios exagerados, saltaron a tierra. Fuertemente armados se impusieron a los vecinos que les hicieron frente, acuchillando salvajemente y matando a 36 hombres y mujeres. Saquearon y quemaron la iglesia, el hospital y 141 casas. Además, capturaron y se llevaron cautivos a 83 vecinos, entre hombres, mujeres y niños; su trágico destino sería ser vendidos en los puertos de Marruecos y Argel. Era la primera vez que piratas y corsarios turcos y berberiscos llegaban tan al norte por el Atlántico. Desde entonces frecuentarían nuestras costas buscando botín y esclavos.

Un informe del corregidor de Viveiro, Juan Moreno y Moreda, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, nos permite conocer sus primeras correrías por la costa coruñesa. Acontecieron en agosto de 1618. El 7, una carabela portuguesa, que había partido del puerto de Viveiro cargada de madera, fue sorprendida cerca de A Coruña por cinco navíos de moros. Los portugueses perdieron su embarcación, pero lograron escapar en un pequeño batel. Días después, el 22, le sucedió lo mismo a otro barco francés. Cerca de Cariño les salieron a la caza esas cinco naves moras, y los franceses, temiendo que los hiciesen cautivos, abandonaron su barco; a pesar de ser perseguidos, lograron escapar en un batelillo y llegar hasta Viveiro.

El corregidor Juan Moreno informó de lo sucedido y se quejó por carta al Consejo Real de Felipe III, pues además de la vida y la hacienda, estaba en juego, según su opinión, la honra ante el atrevimiento de los piratas. Para hacerles frente mejor solicitaba que diesen libertad de actuación a los corregidores en materia de guerra, sin tener que esperar órdenes y tropas del capitán general que residía en A Coruña y que siempre llegaban tarde.

Los ataques berberiscos continuaron durante todo el siglo XVII. Y si bien su objetivo principal fueron las Rías Baixas, no se salvó de sus acometidas el litoral coruñés. En el santuario de Pastoriza, en Arteixo, entre los relatos de los milagros atribuidos a la Virgen hay algunos que nos cuentan, de forma piadosa, cómo se libraron de ser capturados pescadores y navegantes. Sirva de ejemplo lo que aconteció en 1660 cerca del cabo Prior cuando una nave mora perseguía a un barco de pescadores de A Coruña. A punto de alcanzarlos se paró, dando tiempo a los coruñeses para escapar a Ferrol; milagro que dichos pescadores atribuyeron a la intervención de la Virgen de Pastoriza, a la cual se habían encomendado. Dejaron de venir en el siglo XVIII.