La nueva ordenanza antiincendios no estará aprobada hasta el otoño

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

La ciudad sufre un fuego en zona rústica todas las semanas desde mediados de julio

11 ago 2017 . Actualizado a las 00:44 h.

La nueva ordenanza municipal de protección contra incendios no estará aprobada por el pleno hasta finales de octubre, una vez concluida la temporada de mayor riesgo de fuegos forestales.

El texto definitivo de la ordenanza llevaba largo tiempo en preparación, pero ya está encarrilado en la recta final de su tramitación. La concejala de Seguridade Cidadá, Rocío Fraga, que asumió esas competencias del alcalde en abril, remitió el pasado 20 de julio una copia del documento a los grupos de la oposición, con el fin de que hagan sus observaciones. La norma incluye nuevos artículos, necesarios para adaptarla a los últimos decretos vigentes, y la concejala espera el visto bueno de los otros grupos para llevarla a la comisión.

Pero si se mantienen los plazos habituales, el texto aún tardará meses en entrar en vigor. Lo estaría a finales de octubre, una vez superada su aprobación inicial en septiembre, el plazo de exposición pública de 30 días hábiles, la resolución de alegaciones y la aprobación definitiva en pleno.

Un incendio a la semana

Todo el período de trámite de la norma coincide con la época de mayor riesgo de incendios forestales, que en lo que va de verano se están sucediendo con cierta frecuencia, y en algún caso con riesgo grave para edificaciones.

Desde mediados de julio, se ha producido al menos un incendio de ese tipo a la semana. El primero ocurrió el 18 de julio, cuando se quemó una gran zona de monte bajo en las inmediaciones del centro comercial Marineda City.

El fuego se inició durante las tareas de mantenimiento de un cartel publicitario, cuando una chispa de soldadura cayó al monte. Las llamas se extendieron rápidamente y los trabajadores fueron incapaces de detenerlas.

Pronto se produjo una densa humareda, que desencadenó un embotellamiento no menos denso en la avenida de Arteixo. A pesar de la voracidad del fuego, la rápida intervención de los servicios de emergencia, incluyendo a los bomberos, la Policía Nacional, varios bomberos forestales con medios aéreos y equipos sanitarios, impidió que ardiese una nave de pinturas y barnices, cuyos cuatro trabajadores tuvieron que ser evacuados ante la proximidad de las llamas.

Ese fue el incendio forestal más serio del verano, pero no fue el único. El 30 de julio se produjo otro incendio en el monte de San Pedro. Calcinó una amplia extensión de monte bajo, compuesta sobre todo por tojos, que causó una enorme columna de humo que se pudo ver desde casi toda la ciudad. La humareda puso en alerta a los vecinos de Los Rosales, aunque los bomberos del Ayuntamiento y los de la Xunta lograron controlar la situación con rapidez y antes de que hubiese daños graves.

El tercer susto ocurrió este último fin de semana, cuando se declaró un incendio a primera hora de la tarde del domingo en San Cristóbal das Viñas. El fuego volvió a ser atajado con rapidez gracias a la intervención de dos equipos de los bomberos del Ayuntamiento y una brigada forestal de la Xunta, aunque los trabajos posteriores se prolongaron durante largo tiempo, ya que fue necesario enfriar toda la zona afectada para evitar que las llamas, muy próximas a varias viviendas de la zona, se reavivasen por el calor y el viento.

La norma obliga a limpiar los solares todo el año o a que tengan una franja de protección

Aunque la nueva ordenanza de protección contra incendios se centra sobre todo en los fuegos urbanos, que son los más habituales en una ciudad, también obliga a los propietarios de terrenos rústicos o urbanizables a mantener unos requisitos mínimos de seguridad para evitar incendios. En su anexo número cinco, la norma obliga a que esas parcelas «deberán manterse permanentemente en condicións adecuadas de limpeza e roza», de manera que se pueda minimizar el riesgo de que se produzcan o propaguen fuegos.

El texto también indica que esos terrenos deberán mantenerse «limpos duante todo o ano», sin que presenten «pastos, vexetación seca e vacante de calquera material combustible que poda contribuir ao risco de incendio».

La normativa también prevé que, cuando las citadas fincas presenten algún tipo de dificultad para ejecutar ese mantenimiento, sus propietarios deberán al menos construir una franja perimetral de anchura igual o superior a diez metros -25 metros en el caso de usos forestales- que tendrá que carecer de pastos, vegetación baja o materiales similares que puedan contribuir a la propagación del fuego.

Finalmente, la norma también prevé que el Ayuntamiento pueda actuar de oficio en esas fincas en caso de que se acredite una situación de especial peligro.

En el capítulo dos de la ordenanza, que recoge las infracciones y su gravedad, se especifica que los propietarios de terrenos se expondrán a una sanción si incumplen las citadas obligaciones.