
El espacio se convirtió, hace 26 años, en el símbolo de la nueva remodelación de la ciudad
25 abr 2018 . Actualizado a las 11:51 h.«Supone el arranque de lo que será la gran playa de Riazor y la primera piedra del paseo marítimo». Con estas palabras, que recogía La Voz de Galicia tal día como hoy en 1992, el entonces alcalde Francisco Vázquez inauguraba la plaza de Portugal. Más de 80 millones de pesetas, según rezaba la información, se habían invertido en esta plaza en la que destacaba el conjunto escultórico presidido por cinco grandes gaviotas y un estanque, obra de Xosé Castiñeiras.
Un símbolo de la nueva remodelación de la ciudad, que se abría aún más a la costa, a su mar, a través del paseo marítimo y la urbanización general de toda la línea costera.
En la inauguración, a la que asistieron cientos de vecinos, estuvieron presentes representantes del consulado de Portugal, que pudieron escuchar el himno de su país interpretado por la Banda Municipal.
La intención última de esta obra, y del paseo marítimo en general, según el propio Vázquez, era transformar el que siempre fue «el patio de atrás» de la ciudad en su fachada principal.