
Como todos los años, comienzan a regresar a nuestro litoral las gaviotas reidoras
06 jul 2018 . Actualizado a las 12:59 h.Sucede lo mismo casi todos los años por estas fechas, en coincidencia con el ecuador del año: llegan de vuelta las primeras gaviotas reidoras que a finales de invierno se marcharon a otro lugar a tener familia. La avanzadilla, a mediados de junio, está compuesta por ejemplares adultos y nacidos el año anterior. Es probable que buena parte de los primeros sean individuos que fracasaron en su intento reproductor. Muy poco después, en torno al cambio de mes, ya se observan algunos juveniles. Ahora mismo tengo uno ante mí, aquí en la ría de O Burgo.
Luce un plumaje nuevo, casi perfecto. Su arlequinado dorso es una mezcla de plumas marrones y grises. Destaca en la base posterior de su cuello una especie de medio fular marrón; y tras los ojos, a la altura de los oídos, una llamativa mancha del mismo color.
Su comportamiento es idéntico al de sus mayores. Con menos de cuatro meses de vida, es totalmente independiente. Picotea invertebrados en el fango y, cuando aparecen un par de niños con gusanitos, y comienzan a arrojárselos a los cisnes, aprende de sus congéneres que eso también se come.
Chocolate diluido
Habrá llegado hasta aquí, casi seguro, integrada en una de las bandadas que estos días ya se están viendo pasar frente a la costa norte de Iberia. Acaso su origen sea una colonia francesa, o de más al norte. En pleno invierno tenemos con nosotros aves incluso de Finlandia.
En esos meses fríos y de noches largas, las aves adultas no lucen la caperuza color chocolate que hoy todavía las destaca en la distancia. Sus cabezas serán entonces casi por completo blancas, a excepción de una manchita en la misma zona auricular que las jóvenes. Será a partir de finales de enero cuando las primeras de ellas comiencen de nuevo a adornarse con esa caperuza, señal de que ya advierten en sus pechos la proximidad de la época de celo.
El verano es la época en la que estas y otras muchas aves mudan buena parte de su plumaje. Y así es como, a lo largo de las próximas semanas, ese chocolate se irá diluyendo más y más. De hecho, todas las adultas que observo ahora han iniciado ya ese proceso. Y a todas les falta, además, alguna pluma de vuelo. ¡Toca renovarse!
Reír o llorar
Mientras que en castellano se conoce a estas gaviotas como «reidoras», en gallego las llamamos «choronas». Uno y otro apelativo se refieren a su reclamo más habitual, una especie de carraspeo agudo. Tanta diferencia en su interpretación suele atribuirse desde afuera, de forma inevitable, al distinto ánimo de quienes vivimos a uno y otro lado del llamado telón de grelos. Cuando uno de los gusanitos traza una suave parábola en el aire, uno de los adultos que revolotean frente a los niños lo captura al vuelo. El joven, acaso fascinado ante las habilidades de sus mayores, emite entonces su voz con fuerza. Y a mí me suena a gaviota «admirada».
Reproducción
El último censo completo de parejas reproductoras en España de gaviota reidora, de hace una década, fue de algo más de nueve mil, ninguna de ellas en Galicia.
Cifras invernantes
En cuanto a las invernantes, se censaron casi 330.400, de las que algo menos de 19.000 se contaron en nuestra Comunidad. Aquí en O Burgo he llegado a sumar en esas mismas fechas más de 2.800.