
Pedro Valderrey, ganador del mejor atavío en Ávila, exhibe la pieza en la tienda Tejidos El Revoltijo
28 jul 2018 . Actualizado a las 11:21 h.La tienda de telas que regenta Javier Subiela, Tejidos El Revoltijo (rúa Antonio Carballo, 3) ofrece su escaparate con motivo de la feria medieval coruñesa para el traje confeccionado por Pedro Valderrey, quien ganó con esta pieza el octavo Concurso de Atavíos Adultos de Ávila en el 2016.
Esta composición textil está realizada con la idea de ser fiel al espíritu de aquel tiempo, pues, en palabras de su creador, «hay que adaptarse a la época del Medievo». Eso sí, Pedro Valderrey comenta una curiosidad de las cotas que crea a modo de imitación y es que «llevan 3.700 anillas de cerveza y se tarda cuatro o cinco meses hacerlas». Pedro comenzó su andadura en esta afición hace más de diez años y desde entonces ha cosechado diferentes éxitos con sus diseños. Otro de sus atavíos ganó «en Ávila en el 2014 y también fue premiado en Covarrubias», asegura. El principal propósito de estos dos amigos es animar a que los coruñeses se impliquen y se vistan durante la Feira das Marabillas, pues «A Coruña tiene todo para convertirse en fiesta de referencia», dice Pedro, a lo que añade: «Tenemos una Ciudad Vieja que reúne todas las características para participar en un mercado medieval».
Pero Pedro Valderrey no es únicamente alguien que diseña trajes para participar en concursos. Él es también comendador de una orden en la que se hacen ordenaciones de nuevos caballeros templarios. «Hace tres años participé en las justas medievales y nombraba al ganador», rememora. Aunque el otro interés de este hombre, que confiesa que le suelen señalar su parecido con el actor Sean Connery, es el de «que los niños vean la historia», pues considera que aquellos que se visten por iniciativa propia son un poco «actores», pero hay algo más, ya que también son «un aula viva de interpretación histórica», asegura. Así, en este equipo integrado por Javier y Pedro, comentan casi al unísono que estos diseños «no son disfraces, son atavíos medievales», y recuerdan que hay que tratarlos como tales, ya que la calidad de las telas, el diseño y el trabajo hecho a mano nada tiene que ver con un disfraz de tipo carnavalesco.