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Adiós a Antonio López Miragaya, fundador de Mudanzas Hércules

José Antonio López HIJO

A CORUÑA CIUDAD

El empresario sentó los cimientos del sector del transporte y las mudanzas en A Coruña

24 ago 2018 . Actualizado a las 11:00 h.

Antonio López Miragaya nació en la coruñesa calle Industrial a principios de 1934. Sus padres llegaron a la ciudad desde Lugo y utilizaron parte de sus ahorros para invertir en negocios vinculados con el sector del transporte. El primer negocio familiar estaba ubicado en uno de los bajos de la calle Emilia Pardo Bazán, desde donde se recibían y expedían todo tipo de mercancías. Allí comenzó jugando a la pelota después de clase, para más tarde ayudar en trabajos mecánicos y posteriormente, y una vez terminados sus estudios en las escuelas Dequidt, conducir los vehículos de la empresa.

Su actividad profesional se fue encaminando al servicio de mudanzas que su padre había puesto en marcha junto a otro socio, Faustino Fernández, que fue quien le puso a la empresa el nombre de la insigne Torre de la ciudad.

De las primeras instalaciones en el centro de A Coruña se pasó a principios de los años setenta al entonces incipiente polígono de A Grela, donde continúan hoy en día, para desde allí extenderlas a otros puntos de Galicia y Madrid. En el desarrollo de su actividad empresarial siempre tuvo en cuenta tanto el progreso de su empresa como el del sector, llegando a participar activamente en la Federación Española de Empresas de Mudanzas y en la Asociación Gallega de Empresas de Mudanzas y Guardamuebles.

Se casó y formó una familia una vez terminado el servicio militar. A principios de los ochenta se quedó viudo, y a su actividad empresarial se sumó entonces el cuidado de sus tres hijos, todavía jóvenes.

De su etapa al volante de los camiones de su empresa surgió su afición a viajar, teniendo a Galicia, su tierra natal, siempre entre sus lugares preferidos. Tuvo la suerte de encontrar una compañera de viaje gracias a la actitud vital de compaginar el trabajo duro y los buenos momentos.

Cuando puso punto y final a su vida empresarial se centró en el cuidado de su familia y en el disfrute del merecido tiempo libre. Un tiempo que se vio acortado por la enfermedad que finalmente se lo ha llevado, aunque con la satisfacción que supone haber disfrutado de una vida plena y del deber cumplido.