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El edificio de Puerta Real: nuevo dueño y licencia para residencia de estudiantes

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

La religiosas solicitaron permiso para reformar las 147 habitaciones del inmueble

19 sep 2019 . Actualizado a las 19:47 h.

El edificio de las religiosas de María Inmaculada, el que durante años funcionó como una residencia y un centro de formación, además de albergar a la congregación, acaba de cambiar de manos. Ayer seguían adelante con la mudanza las cuatro monjas que todavía viven allí y que pronto se repartirán por otros centros de España. La orden se va de A Coruña después de vender a un fondo de inversión inmobiliaria el edificio que ocupan en el número 1 bis de la calle Santiago, en Puerta Real, un inmueble construido en 1974. 

Cambio de manos

Fin de la actividad. La congregación, con propiedades en 28 provincias españolas, sede en Italia y presencia en cuatro continentes, vendió por 7,6 millones de euros su edificio coruñés, situado en zona Pepri pero sin protección específica al carecer de valor histórico. Sí lo tiene económico por su ubicación privilegiada y su gran tamaño. Los compradores son un fondo de inversión inmobiliario, ASG, que está adquiriendo inmuebles y promoviendo viviendas en distintas ciudades españolas. La firma se dedica sobre todo a edificar pisos y apartamentos, pero en el 2018 no descartaba diversificar su cartera y entrar en otros negocios como las viviendas tuteladas para mayores y las residencias de estudiantes. Precisamente esto último es lo que ha comprado. 

Reformas en agenda

Una inversión de 430.000 euros. El grupo se puso en contacto con las religiosas el año pasado y entonces se cerró la venta. Tras ese acuerdo las religiosas de María Inmaculada presentaron ya en mayo de este año una solicitud de licencia para reformar el inmueble para cambiar la cubierta de zinc -deteriorada- por otra de teja y para adaptar la residencia de estudiantes existente a la actual normativa para ese sector. Con tal fin aportaron el proyecto básico para esa obra, valorada por la congregación en 430.000 euros. En el documento insisten en que no solicitan ningún cambio de uso. 

Catalogación

Uso dotacional. El edificio figura catalogado como suelo urbano consolidado y de uso dotacional -religioso, de bienestar social y asistencial-, es decir, que actualmente no se podría dedicar a viviendas ni a actividad hotelera si antes no se aprueba un cambio de usos, para lo que deberían contar con el visto bueno del consistorio. Por el momento, confirman desde María Pita, nadie ha presentado solicitud alguna con ese fin. En caso de que llegara, dicen, tendrían que estudiarla. 

Grandes dimensiones

Más de 6.000 metros. El inmueble que acaba de cambiar de manos es uno de los mayores de los ubicados en el entorno de la Ciudad Vieja. Según los datos catastrales la parcela tiene 863 metros cuadrados y suma una superficie construida de 6.393 metros cuadrados, divididos en ocho plantas. En las inferiores se ubica la capilla (casi 150 metros cuadrados), el salón de actos (más de 100 metros), comedores, cocinas, aulas, despachos y otras estancias. En las plantas superiores, hasta la octava, se encuentran la mayor parte de los cuartos de la residencia de estudiantes. En total suman 147 habitaciones

Uso parcial

Traslados. Las religiosas que allí quedan ultiman su traslado estos días. Explican que ellas desconocen tanto la venta como el destino del edificio. Allí, indican, quedará un pequeño centro social situado en el edificio contiguo, también de ellas. La escuela de formación López y Vicuña se trasladará a la Grande Obra de Atocha. La residencia ya no funcionaba desde el pasado curso. Serás sus nuevos dueños quienes decidan qué hacer con ella. 

Atractivo

Grandes inversores. Desde la asociación de promotores Aproinco indican que el momento es bueno en la ciudad para ese sector, y detectan la llegada de grandes inversores y empresas interesadas en levantar nuevos edificios, indica Juan José Yáñez, representante de la entidad. En el edificio de Puerta Real ya hubo algún intento, años atrás, de ubicar un hotel, pero no prosperó. La idea vuelve a cobrar fuerza ahora pero, por el momento, la ficha del inmueble impide destinaron a ese fin. 

Las monjas se repliegan con ventas millonarias en enclaves estratégicos

La de las religiosas de María Inmaculada es la última gran venta de patrimonio en propiedad de una congregación. Pero no es la primera que se lleva a cabo en una ciudad en la que, como en el resto del país, cada vez son menos las vocaciones. En los más de 6.000 metros cuadrados del inmueble de Puerta Real solo quedaban cuatro. 

Antes, y por orden cronológico, dejaron sus propiedades otras órdenes y agrupaciones. Las Josefinas, allá por los años 80, abandonaron su colegio en Juan Flórez. El solar se lo quedó Telefónica para montar allí una sede, que allí sigue.

Más tarde llegó la venta de las Adoratrices, en el 2003, con su gran solar en el Agra, lindante con Gregorio Hernández. En aquella parcela urbanizable se construirán pisos, la misma finca en la que los vecinos quieren que se desarrolle el parque del Agra.

Más polémica hubo después, en el 2008, con la venta del asilo de Adelaida Muro, que fue propiedad de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa Jornet, y que percibieron por ese privilegiado enclave en torno a 15 millones de euros. El servicio lo mantuvieron mudándose después a Eirís, donde siguen.

El último caso significativo en la ciudad fue el del edificio de las Oblatas en Palavea, adquirido en el 2012, con okupas dentro, por 1,5 millones de euros. El desalojo de los okupas tuvo después su historia. Las de María Inmaculada se suman ahora la lista con su edificio situado en pleno corazón de A Coruña.