¿Confitería Ferrio o Ferrío?

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

El acento gráfico queda fuera de una historia que tiene mucha miga, y no lo digo solo por los sándwiches famosos que allí se venden

26 mar 2021 . Actualizado a las 09:50 h.

Había que salir de dudas porque en esas pequeñas disputas de aperitivo mis amigos se pusieron a discutir si la Confitería Ferrio, que lleva toda la vida en la ronda de Outeiro, tenía tilde en el apellido que le da nombre. ¿Los coruñeses decimos Ferrio o Ferrío?, me cuestionaban. Así que ni corta ni perezosa, llamé a su responsable, Alejandro, que me confirmó sin ningún titubeo que su apellido es Ferrio. El acento gráfico queda fuera de una historia que tiene mucha miga, y no lo digo solo por los sándwiches famosos que allí se venden. Fue el padre de Alejandro, José Ferrio, quien desde Corcubión emigró a Argentina a los 20 años, y ya de regreso a su Galicia natal, decidió montar en el año 82 la espectacular confitería-cafetería-heladería que por aquel entonces sumía de modernidad a este barrio coruñés. El 9 de julio -me confirma- cumplirán los 39 años, un récord para un negocio que sigue fiel a su esencia de mezclar sabores argentinos y gallegos. Porque además del dulce de leche y los alfajores, triunfa la tarta de la casa, una receta de José, ya fallecido hace 14 años, que su hijo asegura que sigue siendo la más vendida. Lleva bizcocho, chocolate, almendra, nata, fresa y melocotón. Ese exceso pastelero fue también el referente de un local lleno de brillo en aquella ronda que en los recién estrenados ochenta tenía muchísimas sombras. Pero llegó Ferrio, y a su lado Zumolandia, y de pronto todo adquirió un colorido muy Benidorm, con helados con sombrillitas. Alejandro, a sus 59 años, reconoce que su secreto ha sido dedicarse en cuerpo y alma, ponerle siempre muchas ganas y usar buenas materias primas. Esa es la guinda de un pastel que, más allá del apellido, les ha permitido seguir en pie. «Lo curioso es que a mis hijos -concluye entre risas- en el cole les llamaban Ferrío». Hay acentos que se imponen.