Lugares de A Coruña que solo podrás localizar si eres de aquí... y peinas canas
A CORUÑA CIUDAD

La nomenclatura oficial de calles o barrios de la ciudad no todos la comparten. Los mayores guardan en su memoria sitios con otra toponimia bien distinta que todavía hoy utilizan. Olvídate de Google Maps, que no sabrá indicarte dónde quedan esos rincones
12 feb 2022 . Actualizado a las 23:38 h.Los chavales de hoy en día, y no tan chavales, no se enteran cuando escuchan a coruñeses que peinan canas, o que no tienen ya nada que peinar, decir que juegan a la Chave en Corea, que nacieron en Katanga, que los sábados toman los callos en el Gurugú, que se bañan en la playa de Lazareto, que envían al hijo a estudiar a la Acelerada, que quedan con los amigos en el cine Coruña, que compran un pantalón en Camino Nuevo, que renuevan el DNI en Louzas, o que llevan al nieto de paseo al campo da Horca. Pues que sepan esos chavales que quienes utilizan esta toponimia tan particular en A Coruña no chochean. Son de otros tiempos y las placas de las calles se pegaron en su memoria. No en las fachadas.
De esto va el reportaje, de contar cómo se referían antaño a zonas, barrios o lugares de A Coruña que, sea por lo que sea, hoy tienen otro nombre. Que pese al paso de los años y cambiar su toponimia, muchos son los que continúan convencidos de que no se va a la plaza de Pablo Iglesias, sino al Montiño. Y por qué se pasó de denominar, por ejemplo, punta Mexillosa a la zona del Millenium. Imagínense la cara de un taxista joven si le piden que les lleve a Seavella. Pues que sepan que así se llamaba hace muchísimos años O Portiño. Por supuesto, Google o los navegadores de los coches no tienen ni flores de aquellos viejos topónimos. Si eres joven en A Coruña quizás sepas llegar a Katanga, pero si vienes de fuera escucharás nombres de lugares que no localizarás en ninguna guía ni callejero. Algunos de ellos, con tantas historias detrás, que leerlas es algo tan delicioso como comer un tocinillo de cielo.
Para muestra, un botón. Hay quien atribuye el nombre de la calle de la Cormelana a que allí vivía una mujer nacida en Corme dedicada a la prostitución. Una historia similar está detrás de la calle de la Perillana. Este es solo un ejemplo que aparece en el reportaje que la periodista de La Voz Elena Silveira escribió en marzo del año pasado. En él recoge el origen de los nombres de las calles aportados por expertos, como el filólogo de la UDC Iván Méndez o historiadores como José Alfeirán o Juan Naya.
Pero hoy nos centraremos, más que en el origen, en el cambio de denominación de lugares. Para ello se contó con la infinita memoria de, por ejemplo, el fotoperiodista Xosé Castro, más coruñés que pasear por los Cantones. Estos son algunos de los ejemplos.
De Gurugú a A Falperra

Hay varias teorías sobre el cambio del nombre. Las empinadas cuestas de esta parte de la ciudad hicieron que el ingenio de algún vecino la comparase con la colina africana cercana a Melilla. «Puede que alguien de aquí hiciese allí la mili y al regresar hiciese un comentario y ahí quedó», explica Rosendo Barrios, residente de la zona. Pero no es la única teoría. En 1908, el Ayuntamiento dedicó a Sinforiano López la calle que cruza el barrio y que todo el mundo conocía como Gurugú y, además, para sustituir la denominación tradicional de lugar de A Rabiada, que hacía referencia al antiguo asentamiento judío que existió en la zona. En 1937 se quiso dar marcha atrás, pero la propuesta no caló.
El filólogo Iván Méndez dice que este topónimo «é unha tolemia para calquera investigador». Añade que «a sensación é de que é un termo importado. De feito, en portugués significa lugar onde hai ladróns, polo que se puido copiar dalgún suceso ocorrido no país veciño». Al igual que Juan Naya, recuerda que hay otra Falperra en Vigo y, en Portugal, una sierra donde antiguamente se refugiaban bandoleros y salteadores.
De Abenela a Silva de Abaixo

Pese a que la zona se denomina Silva de Abaixo, la gente del lugar suele referirse a ella con el nombre de la calle principal, que es Abenela. Recibió ese el apelativo por una ciudad de Guinea, tomada por las tropas españolas después de que sus habitantes se levantasen en armas contra el imperio colonialista.
De Louzas a Lonzas

El topónimo de Louzas está históricamente registrado como tal. El mismo consta, en el plano 726 levantado por el Departamento de la Guerra, a través del capitán del Estado mayor, Juan Guerrero de Escalante, entre el 30 de junio y el 18 de agosto de 1887. Aquel lugar se conoció por dicho nombre, de forma oficial hasta 1949, sin saberse el motivo de haber mudado a Lonzas, posiblemente por cuestiones de fonética. Este topónimo tiene su origen en la tierra de la louza o en los plantíos de louzales, para abonar las fincas. Quizás este sea su significado; mientras que Lonzas carece de él y, por tanto, se deba a motivos de fonética y luego su transcripción, quedando así registrado en lugar del inicial.
De Corea a Labañou

Lo de trazar sobre el mapa los límites de Corea no es tran grave como en la Corea original, esa que el paralelo 38 parte de un tajo en dos (Norte y Sur). Este tradicional barrio tiene como corazón las viviendas de Nuestra Señora do Perpetuo Socorro, proyectadas por González Cebrián. La razón de ser conocidas como Corea se debió principalmente a dos causas. Primero, porque sus casas fueron levantadas en los años cincuenta del pasado siglo, durante la guerra en aquella zona asiática. Y segundo, porque los vecinos quisieron responder así a sus vecinos de las casas de Franco, que autodenominaron su barrio como Katanga. No se llevaban nada bien y los enfrentamientos entre ellos pasaron a los anales de la historia. «No sé a quién se le ocurrió ponerle Corea, pero supongo que a Labañou se le buscó un nombre relacionado con la guerra por los problemas de violencia que se vivieron en aquellos años», supone Carlos Prieto, vecino de la zona.
De Beiramar a Orillamar

Lo que hoy es un conjunto residencial con vistas de postal era en los setenta un gran trozo de tierra al que se le conocía como Beiramar. En Monte Alto.
De O Penedo a Polígono de Someso

Hay que remontarse a siglos atrás para datar el viejo topónimo de O Penedo. Antes de pasar a ser conocido como Someso, donde se construyen grandes edificios, allí se levantaba una peña muy grande y bastante elevada y aislada.
Porto das illas de San Pedro a O Portiño

La noche del 3 al 4 de marzo de 1937 tuvo lugar en O Portiño un intento de fuga de unas sesenta personas que escapaban de la represión franquista. La llegada de la Guardia Civil provocó la muerte por ahogamiento de alguno de ellos y la detención de 28 personas. Un juicio sumarísimo condenó a muerte a 15 de ellas, que fueron fusiladas en Punta Herminia. Algunos de los que buscaron allí la libertad sabían que antiguamente, lo que hoy es O Portiño antes se le conocía como porto das illas de San Pedro debido a la existencia de los tres islotes que están enfrente.
De Hortas de Riazor a Plaza de Maestro Mateo

Recibe el nombre de un escultor y arquitecto, que desarrolló su labor en los reinos cristianos medievales de la Península ibérica durante la segunda mitad del siglo XII. Pero antes de la construcción de la plaza, ahí no había más que huertas. Por eso se le conocía como Hortas de Riazor.
De Monte da Costa a A Gramela

Se desconoce el motivo del antiguo topónimo. Porque no tiene la costa cerca, aunque sí está ubicado en la zona alta de A Coruña, en la que antes de los sesenta solo había leiras. En cuanto al nombre actual, Alfonso García López, en su libro Calles con historia, cita que gramelo es un término gallego para referirse a un artilugio para cazar lobos y zorros. «Un francés inventor del artefacto los fabricaba en la zona en el siglo XVII. Su eficacia debió alcanzar fama porque llegó a ofrecerse a las autoridades para resolver los problemas que estos animales causaban a los ganaderos de la zona», indica el autor.
De Lazareto a Oza

Fue primero un reducto para enfermos, después el orgullo del barrio y más tarde un arenal mutilado. Cuentan que en un libro de esoterismo figura la playa del Lazareto, de Spain, como uno de los tres puntos del mundo más adecuados para realizar una sesión de espiritismo. Son pocos en Os Castros los que se creen esa leyenda urbana, pero si alguien invocó a los espíritus desde ese arenal, no hay duda de que logró atraer a los peores. El Lazareto es un arenal maldito. Fue un reducto para enfermos, se abrió después a la ciudadanía y más tarde fue mutilado para instalar unos astilleros. El paseo de Oza lo convirtió en acera arenosa bañada por agua sana. Acabará sus días como basurero. Nadie se podrá dar un chapuzón en esas aguas malditas, que, sin embargo, nunca engulleron persona alguna. O eso dicen. A finales del siglo XIX, los buques que retornaban de América no paraban en A Coruña porque la ciudad carecía de lazareto. El 12 de agosto de 1888 se inauguró uno en el castillo de Oza. Marineros, soldados y emigrantes enfermos pasaban la cuarentena entre sus muros y se daban paseos reconstituyentes por la playa. Hoy en día, aquella zona incluye la playa de Oza. Pero en Os Castros se sigue escuchando Lazareto.
De Katanga a Casas de Franco

El Estado de Katanga fue una república no reconocida y un Estado sin litoral que comprendía la provincia del mismo nombre, en la actual República Democrática del Congo. Fue proclamado el 11 de julio de 1960, coincidiendo con la construcción de las casas de Franco, que así fueron popularmente conocidas hasta hoy en día. Pero, al mismo tiempo, sus vecinos le pusieron el sobrenombre de Katanga. Porque algunos de los jóvenes que allí se criaron quisieron imponer respeto al resto de barrios, proponiendo el nombre de una región africana en la que en aquellos tiempos pasaba de todo. Como en la Katanga coruñesa.
De La Acelerada a Campus de Elviña o CIFP de Someso

La Acelerada cumpliría este año los 62. Fue fundada en 1960 como Escuela de Formación Profesional Acelerada. Hasta que pasó a denominarse Someso.
De Camino Nuevo a Juan Flórez

Solo un chalé, en la esquina de Juan Flórez con la calle Ferrol, perdura entre un bosque de cemento lo que antes se conocía como Camino Nuevo. Así se llamó hasta comienzos del siglo XX a la actual calle Juan Flórez, bautizada en memoria del marino y político ferrolano que fue alcalde de la ciudad en varias ocasiones durante el siglo XIX. Juan Flórez quedaba en las afueras de la ciudad y en ella había numerosos chalés, además del extenso leirón del parque del Casino. Era una especie de frontera con el salvaje monte de Santa Margarita.
De Huertas de Garás a la zona comprendida entre la plaza de Ourense y Cuatro Caminos

La gente que vio nacer el Ensanche, para mandar a uno a freír puñetas, solía espetar: «Vete a bufar a Garás», como mandarte al rincón más inhóspito del planeta. Casi todos eran solares en construcción. Vicente Leirachá solía contar una anécdota de hace muchos, muchísimos años. El doctor Galo Vaquero abrió consulta en la plaza de Ourense y «hubo quien entonces no entendió «que se fuese a vivir fuera de A Coruña». Eran aquellos tiempos en los que de esta plaza hacia Cuatro Caminos todo eran huertas, las huertas de Garás, que recuerdan los coruñeses más veteranos.
De Volante a Campo de Marte

En los periódicos de 1876 se contaba que un hombre fue ajusticiado en un patíbulo ubicado en Volante. Hoy se le conoce como campo de Marte.
De Lavedra a avenida de Alfonso Molina

Alfonso Molina comparte honores con Lavedra en la atascada avenida a la que da nombre oficial el antiguo alcalde. Se usan como si fuesen sinónimos, incluso en los periódicos, donde la brevedad de Lavedra suele encajar mejor en los titulares.
En este reportaje nos quedamos cortos. Y seguramente puede que haya algunas imprecisiones. Hay muchas más toponimias antiguas que solo los que tienen más memoria recuerdan o utilizan. Hay nombres que enseguida calan y dejan en el olvido a su predecesor, como paseo marítimo, que se ha tragado con la fuerza de las olas del Orzán y Riazor a la avenida de Barrié de la Maza.
Muy extendido está todavía el uso de Cuesta de la Unión para referirse a la calle Pla y Cancela. Sigue vivo el recuerdo de la fábrica de gaseosas que dio nombre a esa empinada vía años atrás. Apodo popular es también el de avenida de los Castaños aplicado a Salvador de Madariaga, debido a la gran cantidad de árboles de esta especie allí plantados. O el de El ventilador que los vecinos de Os Castros aplican al Mirador, donde Eolo azota a conciencia. Hablando del viento. Durante décadas se pensó que la Puerta de Aires se llamaba así debido a la intensidad en esa vía de tal fenómeno meteorológico. Fue hasta que se descubrió que el nombre procedía de un señor feudal apellidado Ares. Demasiado tarde para dar marcha atrás: hasta oficialmente se denomina Puerta de Aires.
La acumulación de bancos en la calle Durán Loriga motivó que se la rebautizase como el Wall Street coruñés, recordaba Ángel Padín. Curiosamente, en esa vía estuvo abierta durante años una concurrida sala de juegos de tan norteamericano nombre. A mediados de los noventa, la placa de la plaza de España fue sustituida durante unas horas por otra que ponía «Campo da Leña». La acción reivindicativa, por la que se pretendía devolver a la plaza «o seu nome orixinal», se la atribuyó un grupo independentista. La avenida de Montoto conserva su placa. Así se llamaba antes el tramo que iba de Puerta Real hasta la avenida de La Marina. En 1937, el Ayuntamiento aprobó que Montoto fuese absorbida por la Marina. Sin embargo, sigue apareciendo en los callejeros de uso más común. Por cierto, Puerta Real solo figura hoy en los rótulos de los autobuses.