La familia Mosquera vendió el inmueble a una sociedad la semana pasada
11 may 2022 . Actualizado a las 22:10 h.El fin de semana del 5 de noviembre del 2021 reabría sus puertas la discoteca Chaston, una de las incombustibles de la noche coruñesa. El emblemático local sobrevivía al duro golpe que sufrió el sector del ocio nocturno con la pandemia del covid-19 y volvía a alegrar a su público fiel con ritmos latinos.
Seis meses después de esa reapertura, el establecimiento vivió otro momento que marcará su longeva historia: la venta a un nuevo propietario. La discoteca que puso en el mapa de la fiesta la calle Costa Rica cuando aún no estaba ni asfaltada deja de estar gestionada por la familia Mosquera para pasar a manos de una sociedad.
Seguirá abierta
El objetivo del nuevo propietario es claro: «Somos gente que amamos y venimos de la música y queremos dinamizar su oferta en esta céntrica zona de la urbe» detalló uno de los empresarios de la sociedad. Con esta operación inmobiliaria, la ciudad ganará un recinto en el que acoger conciertos. «No queremos excluir ningún estilo musical, pero pretendemos rozar el mainstream y también habrá indie. Aunque miraremos lo que esté de moda en cada momento», añadieron. Además, avanzaron que la transición a este nuevo modelo de ocio nocturno se hará con precisión y sin prisas. «Ahora mismo hay empleados contratados por los anteriores dueños y por el momento no vamos a cerrar la discoteca, ni a hacer cambios. Se mantendrá abierta hasta que estén todos los aspectos definidos y bien marcados», precisaron. Sobre el aspecto vintage que mantiene el local —con el suelo de la pista de madera original, los paneles de espejo y lámparas estratégicamente colocadas— indicaron que harán algún cambio y resaltan el excelente cuidado de sus anteriores gestores. «¡El establecimiento está fantástico!», destacaron sobre el mantenimiento.
Referente en los 80
Creada en 1977 por José Mosquera (fallecido en el 2018), Chaston es toda una institución del sector del ocio nocturno en A Coruña. En su entorno estaban Foxtrot —también de la familia Mosquera y vendida en el 2008— y Pirámide —con su máximo apogeo en los 90—. Una ruta en pleno Juan Flórez y alrededores que marcó a varias generaciones y que podría resurgir a medio plazo con esta readaptación de la discoteca para ofrecer conciertos de nuevo.
No sería la primera vez que sonaría la música en directo, en sus inicios acogió grandes noches con los espectáculos de artistas ilustres como Juan Pardo, Paloma San Basilio, Arévalo, The Platters, María Jiménez, Tip y Coll, Patty Bravo y Rocío Jurado, entre otros.
Un bajo inmenso
A este inmenso valor histórico y emocional de los coruñeses, hay que sumarle otros alicientes al inmueble: «No es un sótano cualquiera de grandes dimensiones. Está en pleno centro de la ciudad herculina y lo más importante es la licencia que dispone para desarrollar esa actividad de ocio nocturno», sostuvo un agente inmobiliario que participó en el proceso de venta. Estas características, y el buen estado en el que se encuentra, fueron las claves para que la actual sociedad diera el paso y apostase por darle una nueva etapa al local. No obstante, el profesional destacó que el proceso de la venta se había ralentizado a causa de la crisis sanitaria del covid-19.
De este modo, Chaston buscará ser aquel punto de encuentro indiscutible para las nuevas generaciones que no llegaron a conocerlo en su esplendor.
De las luces de Navidad, al club de fútbol sala y el anuncio de membrillo
La creación de este establecimiento fue más allá del propio sector hostelero. El fallecido José Mosquera ya venía de crear el Chivas de Sada en 1968 y más tarde la discoteca Bolboreta en Perillo. Pero el empresario entró en el mundo del deporte e hizo que Chaston fuese también un equipo de fútbol sala. Y de los buenos. De hecho, el club se creó en la década de los 80 y en esos años fue varias veces campeón de la Liga española y de la Copa del Rey. Ahora ya desaparecido, es un grato recuerdo para los jugadores que compusieron las alineaciones y sus aficionados.
Otra anécdota que guardan muchos coruñeses son aquellas luces de Navidad que alumbraban en la calle Costa Rica con el nombre de la discoteca. Todo un señuelo para no olvidar que la fiesta de fin de año se encontraba en un exótico sótano. Y tampoco se olvidarán aquellas fiestas de carnaval tanto para adultos como para niños en la sesión infantil.
Su decoración también atrajo a productores. En plena pandemia, a mediados de octubre del 2020, el local reabrió únicamente para la grabación de un anuncio de membrillo. La histórica empresa de Ávila Santa Teresa decidió realizar esta pieza de promoción de sus productos en el icónico recinto. «Fue una alegría que contasen con nosotros para el rodaje, ya hubo otras productoras que se interesaron porque la esencia es la misma desde el principio», destacó en ese momento María del Mar Mosquera, hija de José y última persona de la familia en gestionar la discoteca.