Medio siglo de la primera ciudad sanitaria de Galicia

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ÁNGEL MANSO

El Chuac cumple cincuenta años con señalados hitos para la medicina moderna de la comunidad

21 ago 2022 . Actualizado a las 09:35 h.

Tal día como hoy, pero hace cincuenta años, comenzaba a escribirse una página cuya trascendencia se revela cada vez que el mal aprieta. La inauguración del entonces Hospital Juan Canalejo supuso la puesta en marcha de la primera residencia sanitaria de Galicia, germen de una nueva forma de cuidar y curar que, medio siglo después, se ha convertido en una de las señas de identidad de la política sanitaria gallega. Polo de conocimiento y desarrollo que ha ido creciendo de la mano de una ciudad que se enorgullece de ser sanitaria, al hospital se deben, sin duda, algunos de los hitos que señalan la historia reciente de una urbe periférica que ha sido capaz de situarse en el centro de la medicina moderna. Son múltiples los ejemplos con los que el Chuac, y con él A Coruña, se ha ido colocando en el mapa de la mano del saber hacer y empuje de los miles de profesionales que día a día fraguan la esperanza de un mejor vivir. Toda esa trayectoria se puede ver ya en una exposición que repasa medio siglo de historia. La muestra, hasta el 4 de septiembre en el Obelisco, cuenta con varios paneles expositivos que explican la evolución del hospital desde su inauguración hasta la actualidad.

En 1972 A Coruña contaba con apenas 190.000 habitantes. El Chuac de hoy presta asistencia a medio millón largo de vecinos de un área dispersa que en estas décadas ha vivido la explosión demográfica de los cinturones metropolitanos mientras en la trama urbana se configuraban nuevos polígonos y el complejo sanitario sumaba infraestructuras y nuevos servicios que, en muchos casos, evitaron tener que salir de Galicia para hacer frente a la enfermedad.

Cuando A Coruña se reducía a poco más que la urbe histórica, esa vocación de evitar la migración por razones de salud se materializaba ya en la creación de unidades que hoy siguen siendo de referencia, como las de quemados y hemodiálisis en 1974. La necesidad de seguir dando respuestas a la ciudadanía llevaba apenas una década después a poner en marcha el materno, el Hospital Teresa Herrera, en 1985. Antes, ya se había inaugurado la era de los trasplantes con el primer implante de riñón en 1981. Un lustro después se estrenaba el banco de tejidos y en 1987 se logró la transferencia del Hospital Marítimo de Oza para seguir configurando una red de atención tupida y que, años después, proporcionaría cobertura a otras esferas de la salud, incluida la mental.

La década de los 80 supuso muchos más avances, entre ellos el inicio de la actividad de hospitalización a domicilio, la puesta en marcha de la que sigue siendo unidad de cabecera para toda Galicia en lesiones medulares, o la creación del servicio de cirugía cardíaca que en 1991 realizaría el primer trasplante de corazón de la comunidad.

Las transferencias sanitarias

Fue ese mismo año cuando se produjo la transferencia de las competencias sanitarias a Galicia, inaugurando también un período de desarrollo bajo el paraguas del Sergas, mientras en A Coruña se creaba el campus universitario y comenzaban a proyectarse nuevas áreas con las que la ciudad seguiría creciendo al mismo tiempo que el área periurbana consolidaba su atractivo duplicando su capacidad residencial.

El año de las Olimpiadas de Barcelona fue también el del primer trasplante de médula ósea en el Chuac, y el del inicio de la cirugía experimental. Al siguiente se estrenaba la unidad de cirugía sin ingreso y el hotel de pacientes, y el complejo seguía creciendo con la inauguración del centro de especialidades del Ventorrillo. En 1994 se realizó el primer trasplante hepático y se creaba el Instituto de Ciencias da Saúde. En 1996 abrió sus puertas el nuevo Hospital de Oza y echaba a andar el área del corazón, y en 1997 comenzó a funcionar el Virxe da Xunqueira de Cee.

La mayor demanda asistencial y las oportunidades abiertas con los avances científicos empujaron el primer plan director del todavía llamado Juan Canalejo en 1998, en vísperas de nuevos logros, como el primer trasplante pulmonar y pancreático en 1999 o la apertura del hospital de día de psiquiatría en el pabellón Fernández Latorre en el año 2000.

El nuevo milenio se inició además con un peleado logro colectivo. Después de años de tramitación y probablemente la movilización ciudadana más sostenida en el tiempo, el Hospital Militar reabría sus puertas en el 2001 ya como Abente y Lago, renovado e integrado al fin en la red sanitaria pública. Mientras, seguían dándose pasos para la ampliación y reforma del corazón del complejo en As Xubias y los profesionales continuaban protagonizando logros: primera intervención quirúrgica intrauterina a un bebé en el vientre de su madre. Sucedió en el 2002, cuando ya estaban en construcción nuevos bloques hospitalarios.

La creación del Inibic, el Instituto de Investigación Biomédica, coincidió en el tiempo con el cambio de nombre del hospital, oficialmente Chuac desde el 2008, y la primera década del milenio se cerró con la puesta en marcha del Centro Tecnolóxico de Formación o un nuevo éxito en trasplantes con la aparición de un órgano para el primer bebé gallego que sobrevivía con un ventrículo mecánico. La creación de la unidad de mama, del hospital de día de pediatría, las nuevas urgencias y el bloque quirúrgico, o el primer corazón artificial de Galicia fueron algunos de los momentos señalados de la pasada década, cuando el Chuac superó los 5.000 trasplantes.

Diseñar nuevos formas de elaborar vacunas, imprimir mini-corazones en 3D para entrenar cómo operar a prematuros, ensayar con Harvard el autotrasplante celular cardíaco... son solo algunos de los retos soñados por quienes en los últimos dos años y medio, con la llegada del covid, volvieron a demostrar dónde se encuentra lo que de verdad importa. Aun con el miedo real ante una pandemia letal y desconocida, los trabajadores del Chuac ejercieron, más que nunca, su vocación y compromiso.

CÉSAR QUIAN

Tres años seguidos como mejor hospital de España

Los últimos tres años, el Chuac se ha alzado con el premio BIC (Best in Class) como mejor hospital de alta complejidad de España. Los dos últimos, en plena pandemia en el centro que diagnosticó el primer caso covid de Galicia y que más pacientes ha atendido de la comunidad.

ANGEL MANSO

Curar, pero también enseñar a los que curan

Apenas tres años después de su inauguración, el hospital coruñés inició la actividad de formación de los mir, médicos internos residentes. Cada año, más de un centenar de graduados en medicina, pero también de enfermería, farmacia, biología... se incorporan al centro.

CESAR QUIAN

Investigación y centro tecnológico de formación

En el seno del Chuac se creó en 1991 la Fundación Profesor Novoa Santos, pionera en la promoción de la investigación e innovación biomédica con empresas e instituciones. De ella surgió en el 2008 el Inibic, hoy con 450 investigadores, y el Centro Tecnolóxico de Formación en el 2009.

El Novo Chuac, el triple de espacio y capacidad

Concentrar la atención hospitalaria en As Xubias de Arriba es el objetivo del Novo Chuac, el complejo sanitario coruñés que está previsto que comience a tomar forma a partir del próximo año para triplicar superficie y capacidad. Pasará de 85.000 a 255.000 metros cuadrados.