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Mar Barcón

A CORUÑA CIUDAD

El ginecólogo falleció este sábado en su casa de A Coruña a los 83 años
El ginecólogo falleció este sábado en su casa de A Coruña a los 83 años

Enrique Segrelles, el joven ginecólogo se trajo de Centroeuropa algo más que escuela quirúrgica, se trajo la defensa de los derechos sexuales y reproductivos para las mujeres

08 may 2023 . Actualizado a las 19:41 h.

En los tiempos oscuros, cuando la libertad y los derechos estaban todavía demasiado tiernos, hubo gentes que se dispusieron a defenderlos sin dar un paso atrás. Enrique Segrelles fue uno de ellos. Nacido en Madrid, criado en Caldas, formado en Suiza y asentado en A Coruña, el joven ginecólogo se trajo de Centroeuropa algo más que escuela quirúrgica, se trajo la defensa de los derechos sexuales y reproductivos para las mujeres, compromiso que ya nunca abandonaría en su larga vida profesional.

En los albores de los años setenta, en una pequeña ciudad de provincias, la anticoncepción y el derecho al aborto ni se planteaban. Segrelles mantuvo una posición profesional y personal que le valió no pocas incomprensiones y un cierto reproche entre quienes preferían el silencio hipócrita frente al avance social. Tengo para mí que nunca le importó. Cuarenta años después, desde la otra orilla ideológica le acusaban de enriquecerse; ya se ve que la injusticia y la estupidez no conocen fronteras de ningún tipo.

Ginecólogo, obstetra y excelente cirujano encontró años más tarde, en las técnicas de fertilidad, una nueva manera de ayudar a sus pacientes, en este caso a quienes deseaban ser madres y no lo conseguían. Algunos personajes públicos se llevan a la tumba medallas y placas lisonjeras, Segrelles tendrá siempre el eterno reconocimiento de miles de mujeres que se vieron apoyadas y defendidas en su derecho y en su libertad.

De todas las imágenes suyas me quedo con la de aquella mañana, a principios de los años noventa, en la Audiencia Provincial. Él de pie con voz firme, y un punto desafiante, defendiendo a su equipo y a una pobre joven denunciada por un novio despechado.

Mientras tanto, la plaza de Galicia se vestía con las voces y las pancartas de mujeres, sanitarias y feministas gallegas y de toda España, entre ellas la abogada Cristina Almeida y la entonces concejala en A Coruña Carmen Marón. Salió entre aplausos y, por supuesto, sin condena alguna. Siempre pienso que días como ese justifican una vida y un compromiso.