Hortensia Varela Matos, nonagenaria de Cambre: «Hace sesenta años fundé un equipo de fútbol femenino en Brexo-Lema»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Esta mujer, una adelantada a su tiempo, corrió la última Carrera de la Mujer con su hija, su nieta y su bisnieta

26 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A simple vista, puede parecer que Hortensia Varela Matos (Brexo-Lema, 1932) es una vecina normal de Cambre. En absoluto. Esta mujer de noventa años fue una de las fundadoras del primer equipo de fútbol femenino de su pueblo, hace sesenta años. El mismo club, el Brexo-lema, del que luego formaría parte su bisnieta. La misma bisnieta, Andrea, con la que este año Hortensia cruzó la meta de la Carrera de la Mujer en el paseo marítimo coruñés, junto a su hija Eva y su nieta Olalla. Ese día se llevó un merecido trofeo por demostrar que el deporte se puede practicar a cualquier edad. Quedamos para tomar un chocolate en el centro de Cambre y la gente se para a saludarla. «Tas feita unha moza!», le suelta Pachi, el Policía Local.

—¿Siempre fue tan vital?

—Siempre fui corriendo a todas partes, también porque había que trabajar. ¡De niña no paraba!

—¿Qué recuerda de su infancia?

—Éramos una familia humilde, pero nunca pasamos hambre. Yo era la mayor de ocho hermanos.

—¿En qué le tocó trabajar?

—Andaba repartiendo leche y, gracias a Dios, me fue bien. Foi cando fixen algúns cartiños para coidar á filla, que fui madre soltera. No sabía sumar ni nada, pero fui aprendiendo yo sola para que no me engañaran.

—¿Tenía que ir a Coruña?

—Sí, porque después trabajé toda la vida limpiando el concesionario de coches de Automóviles Sánchez, en el polígono de Agrela. Los dueños vinieron para Lema, compraron un chalé aquí y me acabé encariñando con todo el mundo. La gente llegaba a la Seat y preguntaba por mí. ¡Hacían descuentos por Hortensia! [Risas] Y eso que, al principio, mi padre no quería que fuera a trabajar para A Coruña, pero mi madre insistió. Pola túa nena, dicía.

—¿Cómo era su día a día?

—Antes de ir a trabajar, bajaba a las seis de la mañana a darle de comer a los perros. Luego cogía el bus en Cambre y marchaba para Coruña a trabajar. Me bajaba en la estación y cruzaba por los Mallos hasta la Grela. Nunca tuve miedo pero una vez...

—Cuente, cuente...

—Un día que traía dinero encima porque acababa de cobrar y además tenía que hacer unos recados, vino un rapaz y me echó la mano al bolso. ¡Pero yo con la otra mano le di conseguí librarme de él! Así fue mi vidiña, nena.

—Hasta la ansiada jubilación.

—Sí, pero luego seguí trabajando en Lema hasta los 75 años. Limpiaba el chalé, atendía las cien gallinas que tenían, los cerdos, limpiaba la piscina... Hacía de todo, era una finca de moitos ferrados e sempre tiña que facer.

—Volvamos atrás. ¿Qué le gustaba hacer de joven?

—Ir al baile y jugar al fútbol. Sacaba el tiempo de donde fuera. Mi padre no me dejaba ir a jugar, pero yo me escapaba.

—No entendía que una mujer quisiera jugar al fútbol, ¿no?

—Eso es. Él me decía: ¿A que vas xogar? Le pedía a mi madre que no me dejara ir, pero ella me defendía y solo quería que lo pasara bien y que me distrajese. Se me quedaba ella con la niña.

—¿Ser madre no fue un obstáculo?

—Que va, eu xa tiña a nena cando ía xogar ó fútbol. Tendría yo 29 años cuando fundamos el equipo de fútbol femenino en Brexo-Lema. Estoy muy orgullosa de ello.

—El fútbol era su pasión.

—Sí, jugábamos partidos de solteras contra casadas y, claro, yo jugaba contra las solteras, je, je... Los domingos íbamos a jugar a San Vicente, a Vilacova...

—¿De qué jugaba?

—De delantera.

—¿Metía muchos goles?

—Alguno metí, sí.

—¿Y ahora?

—Veo todos los partidos y soy colchonera, aunque me fallen.

—¿Vio el Mundial de Fútbol femenino? ¿Cómo lo vivió?

—Mucho me gustó. Pero cantas pestes lle pedín ó que dou o beso!

«Ir a la carrera de la Mujer con mi hija, mi nieta y mi bisnieta me quitó cinco años de encima»

Hortensia Varela es una de las vecinas más queridas y conocidas de Cambre. Su padre Agustín tenía un caballo blanco y aún hoy hay quien los sitúa por «Hortensia de Ferreiro» y por ese dato.

—¿Qué tal está de salud?

—Andar no ando mucho, porque ahora tengo miedo de caer. Y si me caigo, ¿quién me levanta? Un día me levanté toda querecha, resbalé, me caí por las escaleras y luego tardé un año en curar la pierna.

—Pero nada le impidió ir a la Carrera de la Mujer en A Coruña, junto a su hija, su nieta y su bisnieta.

—Fue lo mejor que pude hacer. Ir a la carrera de la Mujer me quitó cinco años de encima. Volví a casa renovada. El buen tiempo nos acompañó y fue todo muy bien.

—Para el año repite, ¿no?

—Si vivo, ¡para el año vuelvo! Así vaya en una silla de ruedas.

—Una vida muy activa.

—Es que el ejercicio físico viene bien hasta para la cabeza. A mí me encanta que mis nietos, que tengo tres, vayan a hacer deporte. A veces les digo, «Deixa de estudiar e vai xoghar ao fútbol ou vai ó gimnasio, que venche ben».

—Hortensia, ¿cuál es el secreto de la felicidad?

—Llevar la vida lo mejor que se pueda, tranquilamente. Hay que reírse y no afligirse. Así fue mi vida, de trabajar y de pasarlo bien también. Yo me tengo reído mucho. Y a mis nietos siempre les digo lo mismo: «Viaxade que é cultura, non quededes na casa». Estoy abierta a todo.

—¿Cuál es el invento del siglo?

—La lavadora, que quita mucho de delante. Nosotras íbamos a la Pitona, mucho tengo lavado allí.

—Un consejo para llegar a los 90.

—Todos los días brindo por la vida. Si hay una copita de algo por ahí, mejor [Sonríe picarona].