En el mesón A Tixola, un clásico de comida tradicional en el corazón de la ciudad, preparan la oreja de toda la vida con un toque especial. «Después de cocida la tostamos en la plancha para que quede crujiente», destaca la cocinera del negocio
05 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Dice que surgió por casualidad. «La cocina es pequeña y no da para muchos alardes, pero un buen día decidí pasarla por la plancha y le gustó a la gente a la que le di a probar. Debido a la grasa y al cartílago salta y hace ruido como si estuvieses haciendo palomitas», explica Mari Ventureira, cocinera del tradicional mesón A Tixola. Es de los pocos locales, por no decir el único, que ofrece en la carta oreja a la plancha. La sirven como la de siempre, con aceite de oliva y un poco de pimentón, pero más tostadita y crujiente. «Primero se cuece, como en la receta de siempre, y después la corto en trozos un poco más pequeños que los habituales y le quito las partes más gruesas. En la plancha no echo aceite porque ya suelta la grasa la oreja y se va terminando de hacer en ella», explica esta mujer que regenta el negocio con su marido, Manolo Castro, que no quiso salir en la foto porque «as orellas fainas ela». Llevan casi 28 años en la esquina de la calle de la Oliva con la Florida, en la cara B de la Franja, y cuentan con una clientela fiel. «Aún hay gente que se sorprende cuando lee lo de oreja a la plancha. Algunos son reacios a probarla y otros vienen a propósito porque dicen que no hay otra como esta», asegura con sencillez. Mari es hermana de otra gran cocinera, Ana, la mujer de Tito, el de O Viñedo de la travesía de San Andrés. Precisamente, este negocio lleva unas semanas cerrado porque Ana se está recuperando de un problema de salud. Seguro que pronto está como nueva y lo celebrarán tomando esa sorprendente oreja a la plancha de Mari. Una receta sencilla como A Tixola.