Chris Isaak, el «crooner» que conmueve y convence en A Coruña

noemí lópez / R. D. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Miguez

El músico californiano enamoró a su público en un concierto íntimo en el Palacio de la Ópera repleto de clásicos atemporales

25 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Catorce años después de su última visita y pasados más de treinta desde que abriera el Concierto de los Mil Años, el crooner del rock Chris Isaak regresó a Galicia para cerrar el ciclo Coruña Sounds. En el Palacio de la Ópera, uno de aquellos que en 1993 lo coreó en el estadio de Riazor esperaba —ahora ya con canas—, foto en mano por su autógrafo.

Con brazos y corazón abiertos, un auditorio casi lleno recibió al cantante, compositor, actor y guitarrista, referente atemporal del rock más íntimo y seductor que, trajeado de vaquero y brillos rojos, se ganó desde el minuto uno al público al agradecer su apoyo «a la música en directo».

Con American Boy inauguró la noche y, tras la segunda canción, la conquista continuó. Isaak, que por algo arrastra a una legión de fieles de varias generaciones, pidió que le encendiesen las luces para ver cara a cara a sus seguidores, se coló en el patio de butacas y bailó entre ellos. Con las últimas notas de Wicked Game reventó el aplauso y puso ya a todos en pie. Muchos ya no se sentarían más, mucho menos con su versión de Pretty Woman.

En un directo que sonó también a rockabilly y a country, el californiano se arrancó en castellano con una ranchera, La tumba será el final, y dio más razones para la devoción a sus ya más que entregados fans. Repasó clásicos de su repertorio y no faltaron Waiting o Forever Blue, homenajeó a Elvis con una versión de Can't Help Falling in Love, conmovió y convenció. Pero hubo tiempo también para la espontaneidad: «Estoy añadiendo canciones no planeadas, pero nos lo estamos pasando bien», dijo. Así, sonaron inesperadas, como Only the Lonely o Killing the Blue, que entonó Rowland Salley.

Aprovechando su visita a España, no dudó en interpretar uno de sus temas más sonados en los 90, Blue Spanish Sky, y los obligados, Blue Hotel y Baby did a Bad Bad Thing, con el que subió a algunos incondicionales a cantar. No fue el fin de los guiños. Isaak, con más tablas que el escenario, cambió la letra de San Francisco Days por un «A Coruña Nights». Y así hasta cerrar hora y media larga de recital con The Way Things Really Are.