La obra, de casi 12 millones de euros, no ha resuelto todos los problemas del cruce, que sige generando atascos en Perillo
14 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Casi 12 millones de euros y tres años de trabajos (después de bastantes más de reclamación popular) sirvieron para culminar la magna obra del Sol y Mar, clave, decían, para acabar con los insoportables e históricos atascos en ese punto de Perillo.
En esta obra estatal, un túnel eliminó el semáforo de la N-6, ahora AC-12, y ya se veía desde el primer momento que funcionaría bien. Así ha sido. Funciona muy bien: la nacional fluye sin problemas en los dos sentidos.
Una rotonda elevada y un raquítico carril de incorporación a la N-6 sin prioridad para los conductores que bajan por la carretera de Sada, Montrove y Perillo genera por lo menos los mismos atascos que había antes de la obra en ese acceso a la nacional, y ya se veía desde el primer momento que eso no funcionaría.
Las colas en hora punta son alevosas, y no parece de recibo que una infraestructura de semejante magnitud, tan estratégica y tan planeada, se haya concebido y ejecutado tan mal en ese lugar. Un desastriño. Con la N-6 llena de coches a las ocho y media de la mañana no hay quien acceda desde ese mínimo carril de incorporación sin prioridad, sencillamente porque funciona mal. Una pena, porque seguramente se podría haber resuelto el lío de esta intersección en conjunto, no solo en parte.
Y se veía venir, como se ve venir el problema en el puente de A Pasaxe, otra magna obra en ciernes. Pueden ponerle diez, veinte o doscientos carriles más al puente, pero la carretera de las playas solo tiene uno en cada sentido, y eso es un embudo que se atasca cuando asume mucho tráfico, a determinadas horas del día y sobre todo en verano. Y así seguirá mientras no haya otras alternativas más ambiciosas.