Así actúan los ladrones de librerías en A Coruña: «Se llevan lo que quieren y lo venden en tiendas de segunda mano»

T. Rivas / F. Molezún A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Eduardo Pérez

El propietario de Alita Comics, que ha sufrido dos robos en tres meses, hace un llamamiento para poner fin a este «modus operandi»

20 nov 2024 . Actualizado a las 17:32 h.

Las librerías empiezan a estar hartas de los constantes robos que sufren por un perfil de personas muy concreto. «Suelen ser toxicómanos a los que les da igual todo. Entran y salen en cuestión de 30 segundos. Ni siquiera hacen selección. Y a los pocos días vuelven», explicó Juan Carlos Sanmiguel, gerente de Alita Cómics, en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz. Hace apenas tres meses optó por mudarse del local que tenían en el Orzán para abrir otro en la calle Panaderas. «Nos fuimos porque era una zona conflictiva que no animaba mucho a la gente a pasarse por allí. En Panaderas abrimos un jueves y el sábado ya nos estaban robando. Y en los tres meses que llevamos aquí, ya van dos veces», relata. Y en la primera ocasión, con agresión incluida: «La chica que estaba en la tienda salió a recriminarle el robo, pero el hombre se giró, la amenazó y empezó a tirarle libros a la cara». 

A lo preocupante de la situación de inseguridad, se añade un segundo problema, ya que el material robado en muchas ocasiones termina en tiendas de compra-venta. «Nos hemos convertido en cajeros automáticos. Se llevan lo que quieren y al momento tienen dinero porque venden lo robado en negocios de segunda mano. Es demencial», esgrime. Ante esta situación, hace un llamamiento para que se ponga freno a este modus operandi: «Es un cantazo. No puede llegarte un tío con cinco copias de un libro nuevo y vendértelo a un precio ridículo. Quienes lo compran saben perfectamente que su origen es más que sospechoso». 

A pesar de su experiencia, matiza que «no todos los sitios de segunda mano actúan así, al final uno hace la mala fama de todos» y anima al resto de libreros que se han visto afectados por robos de este tipo a hacer una denuncia conjunta «para que la policía tome cartas en el asunto».

Reconoce que su negocio es un «caramelo» para este tipo de ladrones, pero asegura que no pondrá más seguridad de la que ya dispone —cuenta con cámaras de vigilancia— porque «quiero que la gente que entre esté cómoda y no con una persona detrás vigilándolos en todo momento para ver qué hacen».