Los centros de salud impulsan un cribado para detectar el maltrato: «No todas denuncian, pero sí todas van a pasar, antes o después, por el médico»
A CORUÑA CIUDAD
«Con 1 de cada 3 chicas de 18 a 29 sufriendo violencia sexual, tenemos que llegar al mayor número posible», dicen desde el área sanitaria de A Coruña
03 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A veces, levantar la mirada y ver un cuello vuelto en verano que no tapa precisamente el frío basta para levantar la ceja. Otras, una cita pidiendo remedio a las noches en vela o a un dolor de tímpano estallado por algo más que un mal golpe. Son solo signos que conocen bien quienes eligieron una profesión con vocación de ayuda. Ahora, de forma más sistematizada, profesionales sanitarios del dispositivo más próximo a quien sufre, la atención primaria, dan un paso más para hacer frente a lo que «es un problema de salud pública de proporciones epidémicas», recalca desde el Chuac Nuria de Castro-Acuña, subdirectora de atención a la cronicidad en el área sanitaria de A Coruña, y que, pese a su dimensión, «a veces pasa desapercibido».
La violencia contra la mujer, en todas sus formas, centra el programa de cribado y actuación que llevan un año preparando en el Sergas para detectar situaciones de violencia machista en los centros de salud. Se dirige a todas las mayores de 15 años con la intención de sacar a la luz en las consultas de la médica, la enfermera o la trabajadora social situaciones de riesgo «que puedan estar viviendo o hayan vivido».
«La consulta es uno de los sitios en los que se sienten en un espacio seguro, más incluso que en la policía»
No se trata de un cribado al uso en el que se cita a las posibles pacientes, como el de mama. No. «Esto es más proactivo, en el tú a tú en la consulta, se las invita a participar de forma voluntaria y confidencial en un test muy sencillo», explica. ¿Cómo describirías la relación con tu pareja? ¿De mucha tensión, alguna o ninguna? es la primera pregunta. La segunda, ¿cómo resolvéis vuestras discusiones?, ¿con mucha, alguna o sin dificultad?. Con eso basta para empezar. De las respuestas se derivan los siguientes pasos de un protocolo en tres fases, que fija todos los escalones para llegar mucho más allá, descartar o confirmar que se encuentran ante un maltrato y, además, establecer precisamente aquellos casos en los que el riesgo puede ser vital.
«A veces —insiste— hay síntomas de alarma, apatía, falta de autoestima, alguna fobia, ansiedad, pesadillas… A veces, lo que en realidad hay detrás del insomnio es otra cosa», advierte.
«Si hay riesgo, hay que actuar con la misma urgencia que si sufriera una parada cardíaca»
¿Cómo romper la barrera para que la mujer hable de una intimidad a veces vergonzante? «La ventaja que tenemos en los centros de salud es la cercanía con el paciente y la atención continuada en el tiempo, sueles tener una relación de confianza; por eso la primaria es clave en la detección», recalca.
Aprovechando esa complicidad, a menudo más fácil al lado de una bata blanca que ante el uniforme policial, «las invitaremos solo a contestar, sin presiones». Si por fortuna ese primer test es negativo, se repite a los dos años. «Si da positivo, se activan ya otras medidas, siempre dejándole y respetando sus tiempos», señala Castro-Acuña.
«Es cierto que a veces preguntar o tratar este tema puede resultar incómodo, pero la idea es dejarles ese espacio. Hay estudios que nos indican que cuando se les pregunta de forma directa, realmente se ve que estaban buscando ese espacio, y la consulta es uno de los sitios que sienten como seguro, más incluso que la policía».
Parte de lesiones
Tras las primeras preguntas básicas sobre tensión en la relación de pareja, el cribado sigue escalando etapas si es positivo. Siempre en entrevista personal se profundiza con un segundo cuestionario en el maltrato. Aún negativo, se informa ya ahí de recursos disponibles. «Si es positivo, se activa ya el nivel de riesgo y las ayudas posibles, siempre de forma consensuada con ella; hay que acompañarla y que decida qué quiere hacer y el plan de intervención urgente, el seguimiento, los controles, avisar a la trabajadora social...», enumera.
¿Qué sucede si se constata una agresión física? «Esto es un cribado, lo normal es que no haya lesiones físicas, si lo hubiera, el procedimiento es otro», indica. Los médicos están obligados a cubrir un parte de lesiones y comunicarlo a las autoridades. En todo caso, «si se detecta una mujer en riesgo extremo hay que actuar como si sufre una parada en el centro de salud, es una urgencia que necesita atención inmediata», subraya la subdirectora.
Para llevar a cabo el cribado, de implantación progresiva, el personal está recibiendo formación. Pese a las dificultades, confía en la sensibilidad del colectivo para sacar tiempo y llevarlo a la práctica. Se trata, en definitiva, de «no perder la oportunidad» de prestar ayuda e impedir una violencia que puede acabar matando.