Óscar Castro, administrador de Cocina Económica : «Para abrir la puerta cada día necesitamos 4.000 euros»
A CORUÑA CIUDAD
Lleva más de media vida ligado a esta institución benéfica que reparte al día más de 1.500 comidas
15 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Cocina no es económica. «Solo en medicamentos invertimos mil euros al mes. Hay muchos usuarios que tienen enfermedades como por ejemplo diabetes. Se portan fenomenal los de la farmacia Zalaeta. O también en pan, y eso que tenemos un precio súper reducido, son 500 barras al día, lo que supone 6.000 euros mensuales solo en pan. Para abrir la puerta cada día necesitamos 4.000 euros porque tenemos millón y medio de gastos anuales», analiza Óscar Castro Corgo, desde hace 20 años administrador de la Cocina Económica. «Llega la Navidad y se palpa la solidaridad. Nos visita mucha gente y recibimos cantidad de donaciones que agradecemos infinito. Creo que es el sitio de A Coruña donde más veces se dice gracias», asegura este oleirense de 55 años, vecino del Ventorrillo, y padre de un hijo de 20. Lleva más de media vida ligado a la institución benéfica. «Mi antecesor quería dejarlo y hablé con el que era presidente, Andrés Vilariño. Empecé de auxiliar administrativo a las órdenes de Fernando Suárez y fue como hacer un máster de vida, de tratar a la gente, de estar pendiente de los más necesitados. Nunca nos gustó la palabra pobre, pobre es el que no tiene salud. Yo tenía 22 años y me dijo ‘‘aquí se trabaja de lunes a domingo. Y por las tardes conviene venir’’», recuerda con una sonrisa.
Anécdotas increíbles
Charlamos en uno de mis sitios favoritos de A Coruña, La Flor del Jamón de la calle Cordelería, pegado a la Cocina Económica. Mientras tomamos café, Óscar me cuenta anécdotas que darían no para un libro, para una enciclopedia. Son increíbles. «Un día llegó una mujer y empezó a sacar fajos de billetes del bolso. En total, cinco millones de pesetas (30.000 euros). Dijo que no tenía hijos y que prefería hacer estas cosas en vida. Fernando Suárez no pudo dormir en toda la noche porque el dinero lo dejamos en el local hasta que el día siguiente lo llevamos al banco. Lo invertimos en cambiar todo el tejado. Y recuerdo una chica que venía mucho por aquí y hasta nos echaba una mano fregando en la cocina. Un día llegó diciendo que se había quedado sin sus pertenencias porque dormía en Punta Herminia y que debido al accidente del petrolero Mar Egeo no la dejaban pasar. La ayudamos y, años después, se presentó con su pareja y un carrito de bebé y nos donó 60.000 pesetas (360 euros), su primer sueldo», relata. Como estas acumula miles, porque hasta lleva un listado de unos 200 usuarios anónimos que iban por la entidad y fallecieron. «Nadie se acordó de ellos y nosotros los fuimos a despedir a Feáns».
Necesidad de dinero
A diez días de la Navidad la realidad es esta: «Damos más de 1.500 comidas al día y unas 60 personas a diario vienen a usar la lavandería y las duchas. Necesitamos de todo. Al acabarse en el 2023 el plan de ayudas de la Unión Europea dejamos de recibir toneladas de alimentos y tenemos que comprarlos. Necesitamos productos no perecederos de todo tipo, pero también el apoyo económico de los socios, las donaciones, o las acciones de carácter benéfico que hacen posible el día a día», explica Óscar, acostumbrado a vivir entre dos mundos. «Aquí hablas con personas conocidas y pudientes y también con los más necesitados. En total hay unos 3.000 usuarios, algunos fijos y otros que vienen por temporadas, y casi la mitad procede de otros países, que es una cifra que aumentó los últimos años, al igual que el número de mujeres», destaca. En su tiempo libre le gusta pasear y leer, aunque la Cocina Económica ocupa casi todas las horas de su vida. «El otro día una persona estaba montando jaleo a la entrada y le dije que entrase y que llorase aquí. Hay que tener empatía con la gente», afirma el administrador de una entidad fundada en el siglo XIX y que, a punto de llegar el 2025, sigue necesitando la ayuda de todos los coruñeses.