Atrapados una hora en el párking de Nuevos Ministerios tras la cabalgata de A Coruña

La magia por ver a sus majestades de Oriente desapareció tras el fin del desfile para muchos de los coruñeses que decidieron desplazarse en coche. En el caso de los que optaron por estacionarlo en el párking Nuevos Ministerios, salir del lugar se convirtió en una auténtica odisea. Así lo denuncian algunos conductores que tardaron casi una hora en poder salir del lugar. «Los niños estaba llorando desesperados, no se podía casi respirar por el humo de los coches, ya que casi no hay ventilación», lamenta una afectada.

El caos comenzó justo al final del itinerario de Melchor, Gaspar y Baltasar. Entre los que sufrieron el atasco en el párking los hay que conservan el tique. «Iba con mi hija, con una discapacidad, y mi madre, de 92 años y con demencia. Fui a hacer la cola para pagar, ya que además solo se podía hacer en efectivo. A las 19.05 tenía ya el billete para salir, pero los coches no avanzaban. Todos los del carril central estaban parados y no se movían ni un centímetro», lamenta una usuaria.

Ante la desesperación, echó mano de la bocina. «Empecé a pitar para ver si así abrían la barrera. Mi exmarido trabajaba en un párking y cuando hay estos atascos hacen eso para evitar el colapso», apuntó. Sin embargo, el ruido de los pitidos asustó a algunos de los pequeños. «Vino una madre con sus tres niñas a decirme que, por favor, no pitara porque les asustaba. Le pedí disculpas, pero por la experiencia de mi ex sé que es una forma de que desde la cabina actúen», indica la mujer, que dice que el tiempo pasó sin que los coches se movieran. «Pasaron treinta minutos, cuarenta... Salí del coche y fui a hablar con el operario, estaba solo uno y me dijo que él no podía levantar la barrera. ¿Qué pasaba? Que al coger el tique tienes 15 minutos para salir, pero por el atasco, cuando llegabas a la salida ya había pasado ese tiempo y el chico volvía a cobrar»

Ante la situación, los usuarios decidieron llamar a la Policía Local. «Al decirles que no podían venir, otros llamaron a la Guardia Civil, que tampoco y finalmente vino la Policía Nacional». Sin embargo, la presencia de los agentes tampoco consiguió acelerar el paso. «Nos dijeron que ellos no podían obligar al operario a levantar la barrera. Lo lógico para evitar ese colapso es que tomase nota de las matrículas para cobrar luego el recargo, no tenernos retenidos a todos»

Al pasar los minutos, la desesperación inundó el ambiente. «Me di cuenta de que claro, yo estaba al fondo del todo del párking, pero en la mitad está la salida desde la planta de abajo, que salían antes que los de la primera, por eso esperamos todavía más».

En total, la usuaria no pudo abandonar el párking hasta casi una hora después: «Estuvimos hasta las 20.03, fue una locura», relata la mujer, que dice que lo peor fue el humo que llenó el ambiente. «Nos picaba la garganta porque claro, de hecho los agentes de la nacional entraron con mascarillas y mandaron al del párking encender los extractores». Tanto se agobiaron los presentes, que una usuaria propuso llamar a la ambulancia, aunque no lo hicieron. «Decía que si comentábamos que los niños estaban con ataques de ansiedad, tendrían que levantar la barrera para dejar pasar al ambulancia». Finalmente, tuvieron que echar mano de la paciencia y esperar su turno hasta lograr salir.

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