Gerardo Collazo: «La crisis te hace salir a buscar trabajo, nadie llama a tu puerta»

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

CORUÑESES

Alina Espiño

El empresario, que hoy recibe un premio de AJE, creó Desarrolla en el 2009 y ahora tiene 220 empleados

22 nov 2019 . Actualizado a las 08:29 h.

Hoy la Asociación de Jóvenes Empresarios les dan un premio honorífico en la gala en la que la entidad repartirá los galardones Emprende. Si hay un caso prototípico de emprendimiento el de Desarrolla puede ser uno de ellos, con un matiz relevante. No es una firma dedicada a las nuevas tecnologías, nada que ver con Internet. Es una constructora que nació en lo más duro de la crisis, cuando cerraban firmas de su sector una tras otra, y que desde entonces creció sin parar hasta alcanzar sus dimensiones actuales. Gerardo Collazo (A Coruña, 1975), que montó la empresa con su socio Gustavo Moure, es director general de la firma, con sede en A Coruña.

-Montar una constructora en los años más duros de la crisis parece algo contradictorio.

-Es uno de los méritos que nos reconocen, porque arrancamos en el 2009, un año catastrófico en el sector de la construcción.

-¿No tuvieron dudas?

-Apostamos convencidos de que era el mejor momento para cambiar un poco el perfil de empresas que había, muy viciado por las épocas de bonanza. Pensamos que podíamos distinguirnos con valores como la transparencia, el compromiso y la innovación.

-¿Nadie les dijo que no se metieran en ese sector?

-Cuando presentamos nuestro plan de empresa algunos nos pedían que reflexionáramos. Empezamos con prudencia, para empezar siempre hay que hacerlo así y en el 2009 esa necesidad se multiplicaba por diez.

-¿Qué aprendieron de la crisis?

-Nacer en una crisis como esa te genera una mentalidad comercial, hay que salir a buscar el trabajo porque ya nadie llama a tu puerta. En cierto modo tuvimos la suerte de empezar en el peor momento, pasarlo y fraguar nuestra empresa. Eso te da una fortaleza muy distinta a la que tendríamos de haber nacido en el 2006, a lo mejor ni existiríamos.

-¿Cómo empezó y en qué se ha convertido Desarrolla?

-En la empresa empezamos dos, yo y mi socio, Gustavo Moure. Fuimos creciendo paulatinamente, de modo muy equilibrado, sin grandes picos. Hoy tenemos 220 puestos de trabajo directos y generamos mil indirectos. Empezamos en A Coruña [tienen su sede en Tabacos, en los bajos de la casa Vega] y fuimos abriendo delegaciones en sitios donde nos salía trabajo, porque así podíamos atender mejor a nuestros clientes. Hoy tenemos 18 locales en toda España, siete de ellos en Galicia, y tenemos previsto abrir dos más el año que viene.

-¿No se plantean dar el salto al mercado internacional?

-Por el momento no nos lo planteamos. Tuvimos tanto trabajo a nivel nacional que nos ha tenido bastante entretenidos...

-¿En qué niveles de facturación se mueve Desarrolla?

-Este año lo cerraremos con unos 48 millones de euros, y el año que viene tenemos contratos por valor de 60 millones.

-Dicen que se avecina una nueva crisis. Después de superada la anterior, no estarán preocupados.

-Ahora se empieza a escuchar a gurús hablando de una nueva recesión, pero son los mismos que estaban en el 2007 y no vieron venir la que se avecinaba. Respecto a esos augurios somos bastante escépticos.

-¿Hay demanda de nueva construcción?

-Arrancando en el 2009 mi termómetro está algo distorsionado, pero sí percibo desde el 2014 hasta hoy una mayor actividad en edificación. No sé cómo están las licitaciones de obra pública, pero en obra privada sí la hay. Ya había demanda en el centro de las ciudades pero, agotado el parque, nadie construía. Ahora sí se empiezan a ver grúas en el skyline de ciudades como Vigo y A Coruña. 

-¿De qué proyectos está más orgulloso?

-Me gusta destacar algunos, no por sus cifras, sino por lo que representan para nosotros. Estamos muy orgullosos de haber realizado la rehabilitación de la torre de Hércules. También la coraza del Orzán, incluyendo el monumento a los héroes. Rehabilitamos la torre del Reloj de la catedral de Santiago, actuamos en la muralla de Lugo, en la casa de Rosalía de Castro y en muchos locales de hostelería coruñeses.