Cientos de personas acuden a Ledoño para ver un nacimiento que cuatro familias crean en sus casas
15 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Nadie hubiera imaginado hace un tiempo que Ledoño se convertiría en lugar de peregrinaje. Bueno, en realidad, en lugar de atracción turística debido a la decoración navideña que cuatro familias de esta localidad cullerdense montan en sus casas. «Es una pasada». «Tiene mucho mérito», dicen los curiosos al observar los detalles del portal de belén elaborado con telas, cartones, periódicos de La Voz y algunas maderas. «Y el trabajo que da... Porque todo lo hacemos nosotros, es un trabajo artesano», explican Beatriz y Sandra a los visitantes.
Las artífices recuerdan que todo empezó hace cuatro años, cuando decidieron ponerle algo de animación a sus parcelas con motivo del Samaín y después, viendo la buena acogida, también con la Navidad. Al principio, eran los vecinos del entorno los que se acercaban para ver la propuesta creativa. Pero ahora lo hacen incluso de otros municipios. «Sí, puede que se nos haya ido de las manos. No esperábamos que gustara tanto. Pero es que en tan poco tiempo se convirtió en una tradición», comentan.
Un mes bajo la intemperie
Beatriz y Sandra explican que suelen iniciar el montaje durante el puente de la Constitución, después de un mes de duro trabajo con la aguja y las telas. «Aquí el mérito es no gastar. Y parte del encanto es la colaboración que tenemos de amigos y vecinos», comentan estas amigas. De hecho, buena parte de las figuras están hechas con sábanas y colchas donadas. «Estos panes, por ejemplo, nos los trajo un amigo que trabaja en un cátering y que les habían sobrado. Y este carro lo hizo Luis con una ruedas que teníamos y unos palés de madera. Y la alfombra del palacio de Herodes nos la trajo una vecina...». A las figuras no les faltan detalle y los Reyes Magos llevan joyas y túnicas de terciopelo. «Este año gastamos un poco más y les compramos unas buenas telas», explica Beatriz. A pesar de que se han incorporado oficios nuevos al belén (un carpintero con herramientas prestadas por los vecinos, un pastor con sus ovejas, una alfarera, una costurera e incluso un lago iluminado), lo más llamativo en esta ocasión es que los tres camellos reales están de pie: «Fue todo un logro. Con el tiempo vamos aprendiendo a asegurar mejor las figuras. Pero ¡cuidado!, que nadie se monte encima porque están rellenos con papel y cartón», advierten sus creadoras. Dicen también que construir el belén es algo más complicado que la decoración del Samaín. «Ten en cuenta que el belén tiene que estar a la intemperie un mes entero y con tiempo más desfavorable que durante el Halloween. Y eso hace que tengamos que hacer más arreglos», explica Beatriz mientras recoge un repollo de tela al otro lado de la finca para reponerlo en su ubicación original. «Quizás lo peor es el viento», confirma. Y lo mejor... la posibilidad de colaborar este año con el Banco de Alimentos y promocionar los centros educativos del Colexio Rural Agrupado (CRA) del Concello de Culleredo. «A ver si no tienen que cerrar...», piden a los Reyes Magos.