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Las protectoras de animales, ante la Navidad: «No entregamos un cachorro para hacer un regalo»

Marta Otero Torres
marta otero LA VOZ

CULLEREDO

MARCOS MÍGUEZ

Las entidades necesitan aumentar la cifra de adopciones, pero no contemplan entregar un perro como si fuera un obsequio

15 dic 2024 . Actualizado a las 13:09 h.

La ilusión de muchos niños, tener un cachorrito por Navidad, es una meta difícil de lograr en las protectoras de animales gallegas, que no contemplan dar animales en adopción como un regalo para poner bajo el árbol. «No somos partidarios de dar perros en estas fechas si no es una cosa muy justificada —explica Pepín Solleiro, responsable de organización de la protectora de animales Aloia—, porque nos tememos que vengan de vuelta»..

En este recinto tampoco tienen un aumento de solicitudes por estas fechas. «Nosotros mantenemos más o menos una línea durante todo el año, una media de entre siete y diez adopciones al mes.». Este año llevan 107 con una tasa casi completa de éxitos, algo que achacan, en parte a la exigencia del proceso.

¿Y cuáles son los requisitos para adoptar? «Si es para una casa con finca, lo primero que exigimos es que la finca esté cerrada. Vamos y lo comprobamos, porque si no el perro se va a ir, porque esa no es su casa, y no lo será hasta que pasen tres o cuatro meses». En el caso de querer un perro para convivir en un piso, primero realizan una entrevista telefónica. «Y ya por las preguntas que hacemos y las respuestas que nos dan solemos saber si la persona es idónea o no», explican. Luego hay una visita a las instalaciones para conocer al nuevo miembro de la familia, y si esta le encaja. «Somos un poco exigentes con eso, porque no queremos que el perro vuelva a pasar por otro abandono y que tengan que devolverlo». Este año han recogido unos 112 perros, tan solo unos cuantos más de los que se van.

En la Asociación Protectora Apadan, en Culleredo (A Coruña), también tienen claro que un perro no es un regalo. «Eso de ‘voy al centro y cojo un perro para llevárselo a mi novio, mi padre, mi hermano, mi tío, mi hijo, mi amigo'..., no está contemplado —afirma María Díaz, la presidenta de la entidad—. Nuestro protocolo es que la persona que va a vivir con el perro es quien tiene que venir para ver que van a congeniar bien, para ser conscientes de la decisión y para firmar el contrato, porque los compromisos al final los adquiere la persona que va a ser dueña de ese perro». «No puede ser que haya intermediarios —prosigue—, esto no es ‘te voy a regalar un jersey y entonces voy yo porque sé el modelo que te queda bien, el color que te sienta fenomenal y además sé que te gusta porque lo vimos juntos en un escaparate'. No va así».

Una adopción de este tipo, dicen, requiere un proceso, y mucha gente que se acerca no tiene claro en realidad lo que supone tener un perro. «Son personas que a veces no son conscientes, por ejemplo, que pasan muchas horas seguidas fuera de casa —matiza Díaz—, y eso no es lo mismo que si trabajas cuatro horas por la mañana y cuatro por la tarde. Si vas a comer a casa tienes un ratito mediodía, pues no pasa nada. Es un tiempo que sacas al perro para que desahogue fisiológicamente, luego estás un rato en casa con él y esto hace que para el animal sea más llevadero».

A María Díaz le gustaría que hubiese más adopciones. «Tenemos fines de semana de éxito total en los que, a lo mejor, han sido cuatro (solo abren al público el fin de semana), pero eso no pasa siempre. Es complicado, hay que pensar que nuestros perros son perros abandonados y tienen sus cosas, ni buenas ni malas, pero algunas requieren más esfuerzo».

Y es que la adopción no siempre es fácil. «A veces es el tamaño, otras veces es la edad, otras veces es la composición de la familia, porque hay niños y en ese momento no tenemos perros demasiado sociables... Luego hay perros que sufren más con desconocidos porque tienen ciertos problemas de miedo, de timidez, y necesitan unas rutinas muy fijas». En Apadan no tienen ningún mes con cero adopciones. «Eso para nosotros significa que van bien, pero nos gustaría tener, como mínimo, dos cada fin de semana».

La Real Sociedad Canina conciencia en los colegios de que un perro no es un juguete

La Real Sociedad Canina de España (RSCE) ha puesto en marcha el proyecto Soy más bonito por dentro, con el que pretende concienciar en los colegios a los más pequeños sobre cómo ser un dueño responsable. Para ello, la RSCE utiliza tres «tutores» perros —un golden retriever, un basset hound y un caniche toy— elegidos «concienzudamente» para mostrar a los niños sobre cómo la raza de un perro influye en su morfología, carácter y predictibilidad.

Con ellos, la organización recorre las aulas de infantil, primaria y secundaria con sesiones de algo más de una hora donde los niños aprenden a tener una interacción saludable con los perros a través de ejercicios de cobro (tirar un juguete y que lo traiga), de agility o el aprendizaje de técnicas de cuidados.

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«El objetivo de este proyecto es educar a los niños para que comprendan que un perro es un compañero de vida y exige cuidados y, sobre todo, una sabia elección. No es una moda pasajera o un juguete», ha subrayado José Miguel Doval, presidente de la RSCE. «Queremos que los más pequeños tomen conciencia de lo que significa cuidar a un animal y de la importancia de la tenencia responsable, más allá de la emoción del momento», ha añadido.

Por su parte, el director del colegio Ingenio, Alberto Solana, ha explicado que se han unido al programa educativo para enseñar a sus estudiantes la importancia de la convivencia responsable con los perros. «Queremos que comprendan que un perro no es un juguete, sino un ser vivo que merece nuestro respeto y amor. Fomentar la tolerancia y el cuidado hacia los animales es fundamental en nuestra comunidad escolar, y esta actividad refuerza nuestros valores».