Dermatología, que realiza casi el 10 % de las consultas y operaciones del Chuac, celebra su 25.º aniversario. «En 1995 había una caja de lavadora llena de volantes pendientes de citar», recuerda Eduardo Fonseca
03 mar 2020 . Actualizado a las 20:10 h.Hace 25 años que el área sanitaria cuenta con un servicio de Dermatología creado no sin dificultades para tratar el órgano más grande del cuerpo humano: dos metros cuadrados y cinco kilos de peso. La piel de miles de ciudadanos es su campo de trabajo y para celebrar sus bodas de plata cuidándola, el equipo programa distintas actividades a lo largo del año. La primera, el próximo martes 11 en el Chuac, donde se hablará y se impartirá un taller de autocuidados para padres y cuidadores de niños atópicos.
Precisamente la escuela de atopia es solo uno de los logros del equipo, hoy con base en el Abente y Lago pero que inició su andadura en el ambulatorio del Ventorrillo, donde fueron los dermatólogos los que pusieron en marcha el quirófano para operaciones ambulatorias.
Antes de 1995, apenas un par de consultas con una demora interminable trataban las enfermedades cutáneas. Poco más de un año después, ya en el Parrote, la unidad siguió creciendo, priorizando la asistencia para responder a los casos más graves, ganando peso en cirugía mayor ambulatoria e incorporando nuevos departamentos, incluida la hospitalización, y tratamientos. Se impulsó la dermatología pediátrica, se creó la unidad de fototerapia, empezaron las biopsias de ganglio centinela, y pusieron en marcha el láser, por el que hasta entonces los gallegos se veían obligados a viajar a Madrid o Valencia. Todavía hoy esta terapia tiene su punto de referencia para toda Galicia en el Chuac.
Formación e investigación
Al tiempo que se crecía en espacio y oferta terapéutica, fueron incorporándose más especialistas y, junto a una creciente labor asistencial, que hoy supone casi el 10 % de toda la actividad que realiza el Chuac en consultas e intervenciones, se desarrolló también la docencia y la investigación. A finales de los 90, el servicio fue acreditado para la formación mir. Desde entonces tiene dos plazas de residentes, médicos internos a los que se suman otros en rotación del resto de España y otros países.
La formación y actualización continuada marcó desde los inicios al servicio. No fue poca la sorpresa del personal cuando a una de las primeras sesiones clínicas vieron entrar a Giménez Camarasa, dermatólogo de referencia llegado de Cataluña. Hubo incluso que improvisar unas cortinas para que pudiese proyectar sus diapositivas. Hoy, el servicio organiza cada dos años un simposio de repercusión internacional, cita obligada para la especialidad, mantiene una activa línea de publicaciones en revistas científicas de impacto, y desarrolla proyectos de investigación con el Inibic.
ACTIVIDAD DEL 2019
17.750 primeras consultas. Además hubo otras 28.878 sucesivas, 3.892 de teledermatología y 473 interconsultas.
6.206 operaciones. Del total, 1.296 fueron de cirugía mayor ambulatoria.
5.516 fototerapias y láser. A las 799 sesiones de láser y 4.717 de fototerapia, se sumaron 1.641 pruebas de contacto.
De una caja llena de volantes por citar a ser el servicio con menos lista de espera de toda España
«Yo llegué el 5 de mayo de 1995, ya no quedaba un solo hueco para citas hasta el 31 de diciembre y había una caja de lavadora llena de volantes pendientes de citar», recuerda Eduardo Fonseca, jefe de Dermatología del Chuac. Entre casi cincuenta aspirantes, ganó la plaza convocada para crear el servicio y dejó La Paz para venirse a A Coruña. Hoy, «nuestra lista de espera para primera consulta es la mejor del Estado en un hospital de esta envergadura», recalca. En el 2019 «no superó en ningún momento los 29 días» y en la vía rápida del melanoma baja de 10.
En 25 años «se ha multiplicado por cinco o seis la actividad», subraya, con un incremento «explosivo» de la demanda. «Tenemos una sobrecarga enorme de patología banal o estética que no cubre la sanidad pública, el 50 % de las primeras consultas no requieren actuación del dermatólogo», subraya de las complicaciones de gestionar un servicio que pasó de tener cuatro especialistas a contar con doce y mantiene activas consultas monográficas de cirugía, pediatría, tumores complejos, fototerapia, láser y linfomas cutáneos, además de la de tratamientos biológicos, pionera en España y premiada por la singularidad de que el paciente es atendido a un tiempo por el dermatólogo y el farmacéutico.
Del trabajo multidisciplinar parten otras iniciativas, como haber creado, con patólogos y plásticos, un equipo de cirugía de Mohs para tumores que cubre también Ferrol y Lugo. O el nodo intrahospitalario de enfermedades crónicas inmunomediadas, una de las líneas de trabajo en desarrollo para un futuro inmediato junto con «la atención a la patología del envejecimiento».